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Ejemplo

Rodeados del orgullo de sus padres, de la alegría de sus maestros y de la complacencia por el deber cumplido, seis jóvenes ecuatorianos se despedían de familiares y amigos esta semana en el aeropuerto de Guayaquil, rumbo a un encuentro internacional en el que ganaron con mucho esfuerzo su espacio y la posibilidad de traer un premio.

Los seis chicos son parte del proyecto social Aula del Conocimiento, de la Fundación Hogar de Cristo en Monte Sinaí. La competencia implica llevar dos robots que se presentan en dos proyectos, uno de agricultura y otro de reparto de alimentos.

Esta semana ha sido para aquellos muchachos el primer paso de una segunda etapa, en la que han demostrado que con estudio y constancia se pueden alcanzar las metas que se proponen. Ellos participarán en las Olimpiadas de Robótica, una competencia en la que se enfrentan sesenta países.

Sin duda, para los estudiantes y sus padres el estudio implicó un esfuerzo, pero para ellos significó además una decisión de vida, de esas que se toman con la convicción de salir adelante, de decirle no a las tentaciones propias de la edad, y dedicar el espacio de ocio y diversión a espacios de estudio y preparación.

En estas épocas en que la juventud se debate en peligros tan grandes como la droga, que no distingue edad, sexo, condición social ni realidad familiar, es reconfortante escuchar que el esfuerzo y la dedicación rinden sus frutos.

Una de las escenas más satisfactorias ha sido la de ver el orgullo de los jóvenes estudiantes al sostener la bandera del Ecuador en el aeropuerto de Guayaquil, previo a tomar el vuelo que los llevaría a su destino.

El apoyo de la comunidad es importante, por eso es destacable el donativo hecho por los profesores de la Espol a los alumnos participantes;, así como la invitación a participar en el evento científico que esa institución prepara para enero del próximo año.

Importantes ejemplos a seguir, que demuestran que con decisión puede lograrse mucho y alcanzar las metas que cada uno se propone.