Editorial: Cuidado con la pirotecnia

Un año más está a punto de culminar y los riesgos para los más pequeños se acentúan en estos días con la venta y uso indiscriminado de juegos pirotécnicos: camaretas, tumbacasas, diablillos, silbadores y demás explosivos que chicos de cualquier edad –léase bien, de cualquier edad, desde 4 a 5 años incluso- pueden comprar libremente en las calles.

Más allá de que las autoridades amplíen sus operativos para evitar la venta ilegal de estos productos, es también deber de los padres controlar, cuidar y advertir a sus hijos por el uso de estos objetos, que entre el 27 de diciembre de 2018 y 1 de enero de 2019, es decir en las celebraciones pasadas por fin de año, dejó solo en Guayaquil al menos a 36 niños seriamente afectados por la manipulación de camaretas y explosivos, con la piel quemada, dedos y manos amputadas y hasta ciegos o sordos.

Para evitar que la pirotecnia quite sueños y entristezca a familias en una época festiva hay que recordarles a los niños que jugar con esos explosivos, muchas veces elaborados sin el cuidado necesario, les puede resultar doloroso. La familia tiene la palabra para concienciar a sus hijos.