Editorial: Alto costo de la violencia
Innumerables y muy costosos han sido los daños causados durante una docena de días de vandalismo, debido a la movilización en el país, en protesta por la vigencia del decreto 883 que eliminaba el subsidio a los combustibles, el cual se dictó, sobre todo, para evitar que sigan siendo aprovechados por los contrabandistas.
Varias ciudades ecuatorianas sufrieron durante este lapso de violencia y destrucción las pérdidas en su estructura pública que, indudablemente, tiene que ser reparada, por supuesto, y a un alto costo.
Sin duda, la urbe más afectada por el ataque de los vándalos fue Quito, nuestra capital, por ser la sede del poder político central y que, además, es donde se concentró la mayoría de los manifestantes que llegaron desde varias provincias de la sierra.
Hubo destrozos en la zona del casco histórico donde, desde la Colonia, se ubicaban importantes monumentos que rinden homenaje a nuestro pasado. Una pérdida que no solo sufren los quiteños, sino todos los ecuatorianos, ya que lo destruido es parte de un glorioso pretérito. Todos en el país estamos dispuestos a colaborar en la reconstrucción, lamentando, además, el grave daño ambiental sufrido en nuestra capital.