El morbo generado ante la posibilidad de impedir el paso de Argentina al Mundial de Rusia 2018 es solo una arista de lo que está en juego el martes en el estadio Olímpico Atahualpa.

Así lo consideran el sociólogo Fernando Carrión, el exseleccionado nacional Ernesto Guerra y el exmundialista Juan Carlos Burbano.

Por ejemplo, Carrión cree que la victoria le daría muchos puntos a favor a la llamada renovación. Permitiría que los nuevos jugadores se sostengan en el siguiente proceso.

Para él, el efecto colateral sería que Ecuador se convierta en un villano, al dejar a Messi sin Mundial: “Argentina tuvo una mala campaña. Antes tuvo 17 fechas, pero todos recordarán la última. Será como en el boxeo, donde dicen que el último round es el que queda en la retina del juez”.

Guerra, en cambio, pone por encima de todo al prestigio del fútbol ecuatoriano: “La dignidad es lo más importante. Hay que ganar por nosotros, por demostrar que somos capaces y que tenemos gente para mejorar, no por dejar a Messi sin Mundial. De ese tipo de cosas o cargadas que se encarguen los hinchas”.

Su criterio es compartido por el mundialista en 2002, Juan Carlos Burbano. Él considera que el triunfo es necesario para calmar todo el ambiente que se generó después del declive de la selección durante las eliminatorias.

“Dejar a Messi sin Mundial sería la noticia del día, pero Ecuador debe ver más allá. Hay que ver cómo recuperarnos para el siguiente proceso, hay que arreglar muchas cosas”, dice.

Si bien los tres consideran que el triunfo sería clave para el siguiente paso, aclaran que en caso de conseguirlo, no debería ser utilizado para maquillar el fracaso actual.

Carrión asegura que “ganar no tapará los errores de una directiva que no estuvo a la altura del Mundial, a un cuerpo técnico anterior que no fue capaz de manejarse bien y que terminó golpeando al grupo de jugadores”.

Guerra advierte que “los errores de todos los implicados en el fútbol están identificados y deben corregirse para evitar que el nuevo proceso mantenga esos vicios”.

Por su lado, Burbano espera que no se crea que todo está bien y que se tiene asegurado un buen futuro. “Siempre hay gente que trata de aprovecharse de las circunstancias para tratar de llevarse la razón. Espero que en esta oportunidad las cosas sean distintas y se corten todos los problemas, cambiando todo lo que se tenga que cambiar”.

Para el entrenador de la selección, Jorge Célico, este compromiso tiene una carga emotiva adicional, ya que podría convertirse en el verdugo de su país natal.

Aunque, según él, tiene clara la película. “Hoy soy el primer ecuatoriano, la vida hizo que naciera en Buenos Aires, y lo digo con orgullo, pero mi corazón y energía están puestos solamente en el Ecuador”.

Célico acepta que Argentina tiene “una de las mejores plantillas del mundo”, pero aclara que existen maneras de encararlo para conseguir el éxito.

“De locales somos muy fuertes, intentaremos hacer un partido que nos permita estar más tiempo en cancha rival, aprovechando la velocidad y potencia y sacando ventaja de la altura”.

Los 2.850 metros sobre el nivel del mar también son considerados como un aliado para el delantero Carlos Garcés.

“Debemos aprovechar la altura para hacer daño. Esto será once contra once, sin ver nombres de sus figuras”, asegura.

Mientras, según el delantero Joao Plata, será clave jugar con la desesperación argentina: “Estamos eliminados, pero queremos cerrar bien. Trabajaremos en estos días para llegar en óptimas condiciones al martes. Lo encararemos con mucha motivación”.

El martes, la Tricolor pondrá un equipo de altura.

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Ganar, pero analizar

Si Ecuador gana el martes quedará respaldo para la llamada renovación. Sería el único plus de un proceso que tiene muchos errores y que un triunfo no puede taparlos. Pero el mayor efecto será internacional: Ecuador pasará a ser el malo de una película en la que Messi, el mejor jugador del planeta, se queda sin jugar el Mundial de Rusia.

Por la dignidad propia

Ecuador no debe buscar el triunfo con el objetivo de hacer daño a la selección de Argentina, debe salir a ganar por su propia dignidad, por su honor. Son cosas muy distintas. La selección nacional ganó cierto prestigio en los últimos años y tiene que hacerlo valer en esta oportunidad. Eliminar a Argentina no importa. Pensemos en nuestro proyecto.

Recuperar la unidad

Sería una noticia mundial el dejar a Argentina sin Mundial, pero solo es circunstancial. Lo que importa es ganar para que los chicos que están en el inicio de la renovación puedan contar con la confianza necesaria. Además, el principal objetivo debe ser recuperar la unidad. Cuando estuvo Gustavo Quinteros se volvieron a vivir capítulos de regionalismo.