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Tendencia. Entre los rubros que han incrementado sus compras, son los cigarrillos electrónicos descartables.HENRY LAPO

El ‘vapeo’ un negocio al alza, pese a advertencias

La importación en dólares creció seis veces entre el 2019 y 2022. La creencia de que son menos dañinos disparan el consumo

Los cigarrillos electrónicos, o como las nuevas generaciones más lo conocen: ‘los vape’, ganan terreno en Ecuador. En el país, son los pequeños negocios los encargados de expandir la oferta, ya no solo están en tiendas especializadas, sino en los estantes de gasolineras o, si se quiere, directo al hogar, si el producto se lo pide por delivery. Solo entre el 2019 y 2022 la cantidad importada en dólares llegó a crecer hasta seis veces más.

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Su demanda se impulsa en un entorno orientado hacia la moda, donde la población más joven lidera el consumo, y por la creencia del menor nivel de nocividad que tienen estos dispositivos. En el mercado no solo se encuentran los cigarrillos electrónicos como tal, sino sus esencias (el líquido que luego se convierte en el vapor que se expulsa), que se venden bajo una gran diversidad de sabores como fresa, arándano, caramelo, menta, entre otros; y en variedad de niveles.

Según información del Servicio Nacional de Aduanas (Senae), en el 2019 el país importó 180.000 unidades para cigarrillos electrónicos, el equivalente a $ 78.800, una compra que tras la llegada de pandemia, en el 2020, se redujo a menos de la mitad ( $ 30.440), pero que logró remontar en el 2022 con $ 548.970 tras alcanzar las 372.860 unidades. La cantidad podría seguir aumentando si se toman en cuenta otros canales de adquisiciones, incluso la informal, como el contrabando.

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Catálogo. Las tiendas especializadas ofrecen distintas variedades de sabores de cigarrillo electrónico, y presentaciones descartables de este rubro.Alex Lima

Esta realidad en cifras fue percibida por los mismos comerciantes que han decidido apostar por el mercado de vaporizadores. Si bien tuvieron una caída fuerte durante el primer año de pandemia, gran parte de sus rubros se han ido recuperando de forma significativa.

IQuit by Vapor y VapeClub, dos negocios que operan en Quito y Guayaquil, respectivamente, coinciden que, en estos años, su principal nicho de venta estuvo entre las personas que buscaban dejar de fumar y aquellos que rondan entre los 20 y 30 años.

Para ambos casos, la crisis sanitaria que paralizó negocios fue un golpe fuerte. IQuit by Vapor llegó a facturar más de $400.000 en 2019, cifra que se desplomó a 80.000 para 2020, un año en el que tuvieron que cerrar la mayoría de los puntos de venta que habrían conseguido desde su fundación en 2016. De los cinco que tenían, solo llegó a funcionar el inicial. Actualmente han vuelto a tener cuatro locales disponibles al público.

Pero más allá de señalar que sí ha existido una recuperación y mayor presencia de los cigarrillos electrónicos o ‘vape’, los comerciantes de estos dispositivos anotan una tendencia de consumo creciente.

“El cigarro electrónico desechable fue el de los productos que mejor desempeño tuvo para el 2021 y 2022. Antes representaba menos del 10% de la facturación. Ahora es más del 30%”, señala Paúl López, jefe administrativo de IQuit by Vapor.

Danilo Suárez, de Vape Club, señala que la evolución de la presentación de este producto es otro gancho que viene incentivando su consumo. No solo la gente opta por los desechables (que permiten más usos de lo normal), sino que prefiere gastar un solo rubro al elegir el cigarro que ya tiene consigo la esencia incorporada, que comprar los dos productos por separado.

“Y no solo está el hecho de que es de fácil acceso, ahora que lo encuentras en distintos puntos de venta, incluso su vida útil ha crecido y se mantiene al mismo precio”, señala Suárez, quien detalla que entre el 2019 y 2020 este cigarro descartable costaba entre $ 10 y $ 12 y alcanzaba para 300 inhalaciones. “Ahora se mantiene casi al mismo precio, pero su tiempo de vida útil se triplicó. Llegan a tener hasta 1.500 inhalaciones al mismo precio e incluso con más variaciones de sabor”, indica.

Se cree que la venta de estos dispositivos seguirá estando al alza, aun cuando en el mercado existan voces médicas que sigan alertando que sus efectos son igual de nocivos que el cigarrillo convencional, y aunque junto al mercado formal crezca una oferta que está al margen de reglas y pagos de impuestos, que crea una competencia desleal.

Actores de este mercado dicen que esto último se da por una falta de control, no porque el sector opere sin políticas tributarias. Todo lo contrario, los propietarios de estos negocios se quejan de la elevada presión fiscal, por los altos impuestos que ya pagan.

“Nos cobran el mismo impuesto que el tabaco regular pese a contar con cantidades más reducidas de nicotina, más o menos un 5 % ”, señala Suárez.

Pues agrega que las tasas que les cobran son las mismas como si importaran cigarrillos regulares, “al menos impuestos del 180 %”, señala. A esto se suman valores de regalía “que cobran los distribuidores, pues entre el 60 y 65 % de la facturación va destinada a comprar y traer al país estos productos”, destaca.

Los preciosLos cigarros electrónicos regulares cuestan desde $ 40 a $160. Sus esencias rondan entre los $20 y $30. Y los cigarrillos electrónicos descartables cuestan de $10 a $ 25.

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EXPRESO consultó con varios expertos de la salud sobre los efectos a corto y largo plazo del uso de los cigarrillos electrónicos sobre la ciudadanía. Entre ellos el neumólogo Iván Chérrez, quien alerta que las consecuencias a la salud por usar estos rubros es igual a los daños causados por el tabaco.

“Los cigarrillos electrónicos se los ha vendido como un producto inofensivo al cuerpo humano y que ayudaría a las personas a dejar poco a poco la costumbre de fumar el tabaco regular. Sin embargo, estudios demuestran que los efectos han sido igual de adversos a la salud”, asevera el profesional médico.

El especialista señala que el daño a los pulmones va desde obstrucción crónica hasta daños al corazón, enfermedades cardiovasculares. En su opinión, este tipo de rubros deberían ser prohibidos.

“Así como en países europeos ya se ha aplicado (restricción y prohibición), Ecuador también debería ser parte de esta iniciativa”, señala.

Según un estudio realizado por seis colegios y cuatro universidades de Ecuador, entre ellas la Universidad Espíritu Santo (UEES), la edad más temprana, en Ecuador, en la que jóvenes se inician en el consumo de los cigarrillos electrónicos, es desde los 12.

Según el estudio, son jóvenes que tienen entre 13 a 15 años, un 20 % comenzó a los 12, siendo los los cigarrillos electrónicos descartables los que más se tiende a consumir.