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TAP está en negociaciones con los sindicatos que representan a estos trabajadoresEFE

Los tripulantes de cabina de TAP harán huelga entre el 25 y el 31 de enero

La manifestación se convoca, después de que en diciembre rechazasen una propuesta presentada por TAP -de capital estatal- para evitar el paro

Los tripulantes de cabina de la aerolínea portuguesa TAP irán a la huelga entre el 25 y el 31 de enero, ante la falta de acuerdo entre la empresa y los sindicatos en las negociaciones por un nuevo convenio para la plantilla.

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El Sindicato Nacional del Personal de Vuelo de la Aviación Civil (SNPVAC) luso comunicó el lunes la decisión de convocar la huelga a sus asociados, después de que en diciembre rechazasen una propuesta presentada por TAP -de capital estatal- para evitar el paro.

Los tripulantes también piden a TAP que reduzca los recortes en los salarios que están en vigor a raíz del "acuerdo temporal de emergencia" aplicado desde que la aerolínea, en proceso de reestructuración, recibe ayuda financiera del Estado.

El mismo sindicato ya realizó una huelga los pasados 8 y 9 de diciembre que llevó a la cancelación de 360 vuelos, con 50.000 clientes afectados y un impacto financiero para la compañía estimado en 8 millones de euros.

TAP está en negociaciones con los sindicatos que representan a estos trabajadores para acordar un nuevo convenio, como está previsto en el plan de reestructuración acordado con Bruselas a cambio de autorizar ayudas públicas que rondan los 3.200 millones de euros.

La aerolínea es propiedad del Estado portugués, que tiene actualmente en sus manos el 100 % del capital tras aumentar su posición para salvarla tras los daños sufridos por la pandemia, aunque pretende reprivatizarla.

POLÉMICA TRAS POLÉMICA

TAP está en el centro de la polémica después de salir a la luz una indemnización de medio millón de euros pagada a una exadministradora por su salida de la empresa, que meses después fue nombrada secretaria de Estado del Tesoro.

La controversia llevó a que la secretaria, Alexandra Reis, dimitiese a petición del propio Gobierno, a lo que un día después se sumó la renuncia del ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, uno de los pesos pesados del Ejecutivo del socialista António Costa.

No es la única polémica que ha afectado en los últimos meses a la aerolínea, que en octubre tuvo que dar marcha atrás en su intención de renovar la flota corporativa de coches para directivos con modelos de alta gama debido a las críticas.

Este lunes, el diario Correio da Manhã publicó que TAP paga 450 euros al mes a sus directivos para que usen la plataforma Uber, noticia que fue calificada por el Sindicato de los Pilotos de la Aviación Civil (SPAC) como lamentable.