TAP
La compañía no ha dejado de ser noticia por conflictos laborales.EFE

TAP se asoma a 2023 con la privatización en el horizonte pero sumida en dudas

La firma está inmersa en un plan de reestructuración con reducciones de plantilla y de los activos del grupo

Entre huelgas, vuelos cancelados, reestructuraciones y un atisbo de mejora financiera, la aerolínea TAP se asoma a 2023 con la privatización en el horizonte, un proceso cargado de incertidumbre y que genera divisiones en Portugal.

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Un año después de las ayudas autorizadas por Bruselas para garantizar la viabilidad de la empresa, unos 3.200 millones de euros, TAP está inmersa en un plan de reestructuración con reducciones de plantilla y de los activos del grupo. Pero la aerolínea, cuyo capital está al 100 % en manos del Estado luso tras el impacto de la pandemia, sigue sin tener su futuro claro.

Aunque el Gobierno socialista luso ha dejado claro que quiere lanzar su privatización para integrarla en un gran grupo de aviación, los detalles son casi desconocidos.Oficialmente no se han dado plazos y, según la prensa local, la intención del Ejecutivo es vender una parte del capital y entre los interesados estarían Lufthansa, Air France/KLM y el grupo IAG (British Airways e Iberia).

TENSIONES LABORALES Y OPERATIVAS

Con esta incertidumbre de cara a 2023, la compañía no deja de ser noticia por conflictos laborales, huelgas y cancelaciones de vuelos, una situación que podría complicar la búsqueda de un inversor, según los expertos."La inestabilidad operativa y laboral son factores importantes porque el comprador va a restar valor a la marca TAP", explica a EFE el presidente del Instituto Superior de Economía y Gestión (ISEG), João Duque, que recuerda que la administración ha cometido además "pequeños errores" en los últimos meses que no pueden permitirse.

Entre ellos, refiere Duque, la intención de renovar la flota corporativa de coches con modelos de alta gama -TAP dio marcha atrás por las críticas- o la contratación de la mujer del entrenador personal de su CEO para un cargo directivo, aparentemente sin currículo que lo justificase.