productos orgánicos
Negocio. La tienda Al Peso se especializa en la comercialización de productos al granel, orgánicos y ecológicos.Carlos Yagual, Expreso

Productos orgánicos, de la chacra a la puerta

Agricultores ofertan una canasta con hortalizas sin químicos que se pide vía web. En las urbes, el interés por lo saludable crece

Ni exclusivo ni oneroso. Con el lanzamiento de la ‘canasta popular’, tres mil agricultores azuayos han apostado por hacer suya la tendencia global hacia el consumo orgánico y llevar los productos libres de químicos de sus fincas directamente a las cocinas de sus consumidores.

El proyecto, implementado por la Prefectura del Azuay a través de la empresa AgroKawsay, apuesta por eliminar la cadena de mando, reduciendo los costos y permitiendo a los usuarios acceder sin intermediarios a las frutas y hortalizas que se cultivan en esa provincia.

“Este proyecto está apegado a nuestra filosofía basada en la soberanía alimentaria y la producción agroecológica que tiene la Prefectura, y tiene como fin beneficiar al 10 % de los pequeños productores de la provincia”, explicó Yaku Pérez, titular de la cartera estatal.

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de tierra fértil en Ecuador se dedican al cultivo de productos orgánicos.
Negocio. La tienda Al Peso se especializa en la comercialización de productos al granel, orgánicos y ecológicos.

La canasta cuesta $ 15 y tiene veinte productos, entre ellos tres tipos de grano, ocho variedades de hortalizas, queso, huevos, leche, yuca y arroz de cebada. Sin embargo, el cliente puede elegir de una lista de 200 productos y personalizar su canasta para que incluya también otras frutas y verduras, así como carne de res, carne de cerdo, pollo o pato. “La idea es que el cliente pueda encontrar todo lo que necesita y elija esta canasta, compuesta con productos completamente orgánicos y frescos, frente a la oferta que encuentra en el supermercado”, señaló Jairo Guerrero, jefe de comercialización de AgroKawsay.

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La ‘canasta popular’, incluye veinte productos, entre ellos granos, hortalizas, carnes, queso, leche y huevos. Cuesta $ 15 y se puede pedir vía web o por una ‘app’.Jaime Marín, Expreso

Para facilitar la adquisición de la canasta, esta se puede pedir a través de la página web de la empresa o a través de una aplicación. Desde el inicio del proyecto, hace dos semanas, se han vendido más de cinco mil canastas, una cifra con la que la entidad espera mantener semana a semana, y con la que esperan sumar a otros seis mil agricultores al proyecto.

Además de la suma de clientes, AgroKawsay también espera servir como una experiencia piloto para otras ciudades del país. “Queremos que otras prefecturas se sumen a esta iniciativa que genera empleo e impulsa el consumo saludable”.

Y no se equivocan. A nivel mundial, el cultivo de productos libres de químicos factura cerca de noventa mil millones de dólares anualmente.

En el país, este rubro también va en aumento, con 564 productos orgánicos, entre frescos y procesados, registrados en la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario. Entre estos hay mantequillas, quesos, leches, yogures, jabones entre otros. Su venta se lleva a cabo principalmente a través de las redes sociales, como en locales donde solo se oferta este tipo de productos.

En Guayaquil hay seis tiendas de este tipo, en Quito más del doble.

Al Peso es una de ellas. Ubicada en el edificio MBC de la ciudadela Los Olivos, el negocio, que abrió sus puertas hace ocho meses, se especializa en la tendencia ‘zero waste’ (cero desperdicios) y vende todo al granel. Mónica Torres y Fernando Pozo, propietarios del establecimiento indican que su objetivo era apostar por un emprendimiento que “aportara a una mejor sociedad”.

Para los clientes, el atractivo no es solo adquirir víveres saludables, sino reducir los costos de su consumo. “Comprar al granel es un gran beneficio, y sale mucho más barato. Por ejemplo, una funda de 300 gramos de nueces puedes costar $ 6 en un supermercado, comprando aquí esa misma cantidad te sale en $ 3,64”.

En La María, otro de los negocios donde prima lo orgánico, la frescura de los productos es lo que atrae a los consumidores. Entre ellas está Jenny Marcillo, de 33 años. “Hay cosas, como el aceite o la leche de coco, que son más caras, pero sé que lo que me estoy llevando es fresco y está libre de transgénicos y pesticidas”, explicó.

Este negocio, al igual que otros, también está empezando a implementar plataformas de entrega a domicilio para acercar a sus clientes a los productos libres de químicos.