
A la producción de arroz de Ecuador le urge reubicar su sobreoferta
Colombia cierra sus puertas. Productores ecuatorianos se desafían a colocar el grano en otros destinos
Desde 2016, la producción de arroz en Ecuador ha crecido a un ritmo promedio del 8%. Para 2025, los agricultores proyectan una cosecha nacional de hasta 300.000 toneladas, lo que alimenta su aspiración de exportar más allá del mercado colombiano.
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Sin embargo, Colombia -tradicional destino del arroz ecuatoriano- también enfrenta un excedente de producción. Además, su Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos le obliga a priorizar la compra de arroz norteamericano, por lo que ha cerrado sus importaciones.
Este escenario ha golpeado duramente al sector. En el primer semestre de 2024, Ecuador exportó cerca de 70.000 toneladas de arroz al vecino país. Pero en el primer trimestre de 2025, las ventas no habían alcanzaron ni las 20.000 toneladas. Con la próxima cosecha prevista para agosto, la incertidumbre crece entre los productores. Juan Pablo Zúñiga, presidente de la Corporación de Industriales Arroceros del Ecuador (Corpcom), señaló que han intentado abrir mercados en Centroamérica, pero enfrentan una fuerte desventaja frente a países como Brasil y Uruguay, que ofrecen mayores volúmenes a precios más bajos. “Eso complica nuestras negociaciones”, afirmó.
A menos de un mes del inicio de la cosecha, los productores aún no tienen claridad sobre si podrán ingresar a mercados con actual demanda, como Bolivia, México o Emiratos Árabes Unidos. Aunque han sido identificados como potenciales compradores, no se ha recibido confirmación oficial por parte del Gobierno.
Desde Corpcom se reconoce que el excedente de 2025 aún no sería suficiente volumen para consolidarse en mercados internacionales. Sus registros indican comparaciones que permiten tener una idea de la desventaja: Perú produce hasta 13 toneladas por hectáreas. Ecuador, en cambio, alcanza entre 5 y 6 toneladas por hectárea en el mejor de los casos.
Cimientos débiles
Javier Ronquillo, presidente de la Corporación Nacional de Productores, advierte que la producción arrocera no es sostenible por la falta de garantías mínimas. “El agricultor vive del día a día. Si un año no es bueno, al siguiente no siembra. Son 70.000 familias que dependen de esto. No hay precio justo, ni semillas certificadas de alta productividad, ni capacitación. Un aumento de $2 en fertilizantes impacta directamente en los costos de producción de ellos”, explicó.
¿Por qué entonces insisten en exportar? Porque al colocar el excedente en el mercado internacional permitiría estabilizar los precios internos, generar divisas y evitar acumulación de inventarios. Esto, a su vez, podría traducirse en una reducción del precio al consumidor, siempre que exista un control efectivo contra la especulación.
Los productores sueñan con que el arroz se convierta en un producto estrella, como el camarón, el banano o el cacao, que no solo se exportan de forma constante, sino que también son más accesibles para el consumidor local gracias a la escala de producción.
José Luis García, presidente del Comité de Defensa del Agricultor, denuncia que no se respeta el acuerdo ministerial sobre el precio de la saca y que no existen controles reales sobre la especulación de precios del arroz ni de los insumos. “Se perjudica a todos: al productor y al consumidor. Vemos libras de arroz a 45, 50 centavos y hasta a $1. El agricultor invierte, paga jornales, pilado y toda la cadena, pero no se respetan los precios. Además, la dolarización nos hace caros afuera y se necesita de buenas estrategias”, señala.
Por ahora, Zúñiga, Ronquillo y García coinciden en que una posible salida es incluir al arroz en las macro ruedas de negocios que organiza el país. “La solución es exportar parte del excedente, aunque no sea el 100%, para regular el mercado interno e inyectar recursos a la economía. Tenemos suficiente arroz para abastecer hasta enero de 2026 y cubrir la demanda del próximo invierno”, concluyen.
Derivados del grano, un campo nada explotado
José Luis García, presidente del Comité de Defensa del Agricultor, sostiene que, mientras Ecuador logra consolidarse como un país exportador de arroz, los productores están dispuestos a desarrollar derivados del grano, como licores, etanol para gasolina y fideos, al igual que lo hacen algunos países asiáticos. También propone incentivar a las nuevas generaciones a investigar nuevas aplicaciones con el apoyo de la academia.
“La India, por ejemplo, tiene gasolina con un 20 % de etanol producido a partir del arroz, así como aquí lo hacemos con el azúcar. En Ecuador, el porcentaje es del 5 % y se podrían gestionar los cambios necesarios para llegar al 10 % sin afectar a los vehículos”, explica.
García señala que el 60 % de la producción arrocera proviene de pequeños agricultores que poseen, en promedio, cinco hectáreas. Asegura que el acompañamiento a este sector permitiría que más jóvenes se interesen por dedicarse al campo.
“Los agricultores están comprometidos con capacitarse, mejorar la calidad de la semilla y elevar la productividad del sector. Pero también quieren saber cuál será el compromiso del Gobierno Nacional para impulsar la productividad y fortalecer los productos agropecuarios, no solo los tradicionales, porque debemos aprovechar incluso el buen clima”, concluye.
El silencio de las autoridades

Luis Alberto Jaramillo, ministro de la Producción, no ha dado respuesta a los productores sobre los avances para exportar arroz aun cuando una cosecha está a la vuelta de la esquina. Tampoco a EXPRESO que en la fecha del 4 julio solicitó una entrevista para conocer sobre la cantidad exacta del excedente, toneladas de exportaciones, las acciones para evitar pérdidas y la promoción del arroz en nuevos mercados. Hasta el cierre de esta edición, no hubo respuesta.
La solicitud también requería datos sobre los acercamientos con productores y posibles compradores, para saber qué se va hacer con el grano con cáscara, arrocillo, tamo y polvillo que también es demandado en el extranjero pero no hubo contestación a la insistencia.

Este medio de comunicación también solicitó a Danilo Palacios, ministro de Agricultura, una entrevista para conocer de las medidas adoptadas y las que se van a implementar frente al exceso de producción de arroz, especialmente porque por motivo del invierno se realizará una gran cosecha, pues a inicios de 2025 las inundaciones no permitieron sembrar arroz pero tampoco hubo una respuesta.
Así también se requería una vocería para que explique sobre los controles qué realizan sus instituciones para evitar la especulación de precios y que se respeten los valores por acuerdo ministerial pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta alguna.