
Por primera vez el diésel supera el precio de la gasolina en Ecuador
Expertos advierten que el problema es la dependencia de la importación de derivados y falta de decisiones políticas
Por primera vez en la historia reciente del país, el galón de diésel cuesta más que las gasolinas Extra y Ecopaís. Desde diciembre de 2025, el precio del diésel se fijó en 2,76 dólares por galón, tres centavos menos que el mes anterior, y se mantendrá en ese valor hasta el 12 de enero de 2026. Según lo anunciado, pero a partir del 15 de febrero de 2026 se prevé una nueva reducción, que lo llevaría a 2,70 dólares.
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En contraste, el galón de Extra y Ecopaís se ubicó en 2,73 dólares, mientras que la gasolina Súper 95 registró un incremento de 13 centavos, alcanzando un nuevo precio de 3,53 dólares por galón.
El escenario resulta inédito: el combustible históricamente más subsidiado y utilizado por el transporte pesado, la industria y la agricultura, hoy supera en precio a las gasolinas de mayor consumo ciudadano.
¿Impacto real en la economía?
Para el analista económico Jorge Calderón, la diferencia de tres centavos no representa un riesgo significativo para la inflación. Explica que el país ya atraviesa dos meses sin subsidio al diésel y que, pese a ello, no se registraron presiones inflacionarias relevantes.
Calderón recuerda que la fórmula de precios del diésel fue reformulada tras la eliminación del subsidio y que el transporte pesado ha logrado mejorar su eficiencia, evitando un traslado directo de costos al consumidor final. “No es un nivel de incremento que tenga la capacidad de alterar los precios de los productos”, señala a Diario EXPRESO.
Eso sí, reconoce que el hecho de que el diésel sea más caro que la gasolina es histórico, algo que nunca antes había ocurrido en el país. Aun así, insiste en que el ciudadano común difícilmente sentirá el impacto, más allá del contexto inflacionario propio del mes de diciembre.
Inflación controlada, pese al cambio de precios
Una lectura similar tiene el analista económico Larry Yumibanda, quien considera que el efecto será prácticamente el mismo que se observó cuando se liberalizó el precio del diésel. A su criterio, la demanda no generará presiones adicionales y enero de 2026 arrancará con una inflación prácticamente controlada.
Yumibanda destaca que los mecanismos de compensación al sector transporte han evitado aumentos significativos en las tarifas y, por ende, no hay un impacto directo en los precios de los alimentos.
No obstante, llama la atención sobre una contradicción: mientras el precio internacional del petróleo —especialmente el WTI— muestra una tendencia a la baja en los últimos meses, en Ecuador los precios de los combustibles no reflejan esa reducción con claridad. Para él, esto evidencia que los precios internos no están plenamente atados al mercado internacional, sino a decisiones de política energética.
El problema estructural del diésel
Desde el mercado petrolero, el analista Nelson Baldeón sostiene que el mayor costo del diésel responde a un problema estructural de fondo: Ecuador no produce ni refina lo suficiente, pese a contar con amplias reservas de crudo.
El país, explica, sigue dependiendo de la importación de derivados, lo que encarece los combustibles. A diferencia de Estados Unidos —que hoy tiene gasolinas más baratas y de mejor calidad gracias a su cadena de producción, transporte y refinación— Ecuador no logra beneficiarse de la caída del precio internacional del petróleo.
Baldeón afirma que la solución no pasa por falta de petróleo ni de infraestructura, sino por decisión política. Delegar bloques, aumentar la producción, aprobar proyectos de refinación y atraer inversión privada permitiría reducir costos y aliviar tanto la inflación como el déficit fiscal, fuertemente golpeado por la importación de derivados.
Un precio histórico, un debate pendiente
Así, mientras el diésel se mantiene por encima de la Extra y la Ecopaís —al menos hasta enero de 2026— el consenso entre los expertos es claro: el impacto inmediato en el bolsillo será limitado, pero el debate de fondo sigue abierto.
La pregunta ya no es solo por qué el diésel cuesta más que la gasolina, sino hasta cuándo Ecuador seguirá pagando precios altos por no resolver un problema estructural que depende, en última instancia, de decisiones políticas de largo plazo.
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