Durante el primer debate sobre el proyecto urgente de Ley para Enfrentar el Conflicto Armado Interno, en el Pleno de la Asamblea Nacional, varios legisladores de las bancadas de oposición apuntaron sus propuestas a que sectores económicos con ganancias extraordinarias sean quienes aporten económicamente en la lucha del Estado contra el terrorismo y del alivio a las cuentas macroeconómicas. 

“No vamos a permitir que se meta la mano al bolsillo del pueblo”, fue el mensaje que repitieron, a la vez que señalaron, además de la banca, a la minería como dos de los sectores que mayores ganancias obtienen y en los cuales se deben concentrar también las medidas. Antes solo se mencionaba a la banca. 

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Según el Banco Central del Ecuador, entre el 2007 y el 2022, la participación de la explotación de minas y canteras en el Producto Interno Bruto (PIB) experimentó un incremento significativo de 0,67 puntos porcentuales. En el 2007, esta actividad representaba el 0,29 % del PIB, y para el 2022, la participación se elevó al 0,96%. Con solo dos proyectos a gran escala en fase de producción, las exportaciones superaron durante el 2023 los $ 1.900 millones. En lo que respecta al empleo, entre enero y septiembre del año pasado, las minas y proyectos mineros estratégicos y de segunda generación crearon un total de 34.176 puestos de trabajo. De esta cifra, 8.544 correspondieron a empleos directos, mientras que 25.632 a indirectos.

Bajo este escenario, la presidenta Ejecutiva de la Cámara de Minería del Ecuador, María Eulalia Silva, mostró, a nombre de la industria, la renuencia a que se establezca un impuesto o una contribución adicional, alertando que eso ahuyentará las posibilidades de que el país atraiga inversión de calidad. 

“Para empezar, recordemos que, a nivel de minería industrial, es decir mediana y gran minería, apenas tenemos dos minas en operación. Eso significa que el gran portafolio de proyectos sigue invirtiendo sin todavía generar un centavo de vuelta. Gravar con más impuestos a la minería no va a ayudar a desarrollar al sector que más posibilidades tiene de crecer. Como industria, apoyamos totalmente la declaratoria de enfrentar el crimen organizado, lo aplaudimos sin duda alguna. Pero, en un momento en que Ecuador necesita atraer inversión de calidad, colocar otro impuesto, dará otro argumento adicional para que esos capitales no lleguen. La minería es un negocio que se hace en todo el mundo, los capitales  van donde tengan mayor seguridad y estabilidad jurídica”.

Silva añade que la minería, además de todos los impuestos generables que paga, tiene impuestos seccionales, propios para la industria, por ejemplo, el impuesto soberano. “Jamás, la minería puede ganar más que el Estado ecuatoriano. Además tenemos las patentes de conservación y las regalías, que es un impuesto a las utilidades futuras, es decir, cuando ni siquiera sale el primer cargamento a la exportación, la minería ya tributa. Por último, muchos de los proyectos, compañías, y concesiones tienen contrato de protección de inversiones, eso significa estabilidad tributaria. A la luz de esos contratos, el Estado no puede cambiar sus sistema impositivo y no aplicaría. Como contribución especial, tampoco, habría que ver cómo lo plantearían”.

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