
Fusión de Ambiente y Energía: ¿se debilita la agenda ecológica en Ecuador?
El traspaso del Ministerio de Ambiente al de Energía y Minas genera un debate sobre las prioridades del Estado ecuatoriano
La decisión del Ejecutivo de fusionar el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica con el Ministerio de Energía y Minas abrió un debate sobre cuáles son las prioridades actuales del Estado: ¿eficiencia administrativa o protección ambiental?
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Esta medida que consta en el Decreto 60, firmado por el presidente Daniel Noboa, fue anunciada por su portavoz, Carolina Jaramillo. Esta decisión es parte de otras acciones, que según el Gobierno apuntan a realizar un recorte en el Estado en busca de la eficiencia, Incluye también la desvinculación de 5.000 funcionarios públicos, de la función Ejecutiva y del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Para Verónica Llanes, especialista en políticas públicas, subordinar los derechos de la naturaleza al Ministerio de Energía y Minas dice mucho sobre las prioridades reales del Gobierno actual. "No apuntan al futuro, sino a la rentabilidad extractiva de corto plazo. Crucen la frontera a Perú desde Huaquillas por vía terrestre y vean su futuro, Ecuador", señala.
El proceso para emitir licencias ambientes podría ser más ágil con la fusión de Ambiente y Energía
Fernando Santos Alvite, exministro de Energía y Minas, defiende la medida: "Cuando un inversionista obtenía un permiso del Ministerio de Energía, este era un saludo a la bandera porque tenía que ir al Ministerio de Ambiente a que le den el visto bueno". El exministro enfatiza que la fusión física no implica cambios legales: "Todos los requisitos de consulta previa, de cuidado de agua, de cuidado del suelo, siguen vigentes".
"Lo único que cambia es que en lugar de mandar al inversionista como pelota de ping-pong de un ministerio a otro, hoy todos los trámites se procesan en un solo ministerio", explica Santos.
René Ortiz, exsecretario general de la OPEP y exministro de Energía en dos ocasiones, aporta una perspectiva histórica. Recuerda que entre 1999 y 2000, durante su gestión, toda la protección ambiental de la industria extractiva estaba centralizada en la Dirección Nacional de Protección Ambiental (Dinapa).
"Se manejaba de maravilla", asegura Ortiz. Ya aplicaban la consulta previa y seguían tres principios fundamentales: cualquier proyecto extractivo debía ser "ambientalmente sustentable, socialmente responsable y económicamente viable".
Sin embargo, Santos Alvite reconoce complicaciones prácticas. El nuevo ministerio -de Energía, Minas y Ambiente- deberá manejar permisos ambientales para todas las industrias productivas, no solo para las extractivas.
¿La fusión de Ambiente y Energía genera conflicto de intereses?
Las organizaciones ambientales ven la medida como un retroceso peligroso. Gustavo Redín, vicepresidente de Coordinadora Ecuatoriana de Organizaciones para la Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente (Cedenma), considera que fusionar estos ministerios "desinstitucionaliza la política ambiental del país".
Su principal preocupación radica en el conflicto de intereses estructural: "El Ministerio de Energía y Minas empuja la política extractiva del país, mientras que el Ministerio de Ambiente vela por la conservación y protección de la naturaleza". "Son ministerios esencialmente antagónicos", agrega Redín.
Redín plantea una pregunta clave: "Si estas competencias están bajo el Ministerio de Energía y Minas, ¿quién le va a decir al ministro que determinado proyecto no se puede hacer? Simplemente va a ser un trámite más".
WWF-Ecuador expresó preocupación porque fusiona la entidad que protege el patrimonio natural con la cartera extractiva. Esto debilita la estructura estatal y afecta la capacidad de regulación, según esta onegé.
Esta organización recuerda también que "más del 55% del PIB ecuatoriano depende de los servicios de la naturaleza, mientras que la minería aporta apenas el 1% y la energía un 8%".
⚠️ WWF-Ecuador expresa su preocupación ante la reforma institucional del Ejecutivo que fusiona el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica con el Ministerio de Energía y Minas.
— WWF Ecuador (@WWFEcuador) July 25, 2025
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La decisión ecuatoriana contrasta con las tendencias internacionales. Redín señala que "la Corte Interamericana de Derechos Humanos sacó su opinión consultiva sobre cambio climático haciendo mención al Ecuador frente a los derechos de la naturaleza".
Para ilustrar la importancia de un Ministerio de Ambiente independiente, Redín menciona el polémico caso del proyecto inmobiliario en Olón, vinculado a la esposa del presidente Daniel Noboa:
Redín cuestiona la capacidad de autorregulación del sector: "Es utópico pensar que el Ministerio de Energía va a respetar los derechos de la naturaleza, siendo que tiene comprometidos millones en esta industria". "¿Cómo el actor que debe ser controlado se va a controlar a sí mismo?", pregunta.
El representante concluye con un llamado al diálogo: "La política pública se debe construir en consensos. El gobierno no es de una sola persona o una sola visión". "Generar cambios como este de la noche a la mañana, sin ser consensuado con la sociedad civil, lo único que está haciendo es ahondar la conflictividad social", critica.
Durante la presentación de estos ajustes en ciertas entidades del Estado, el Gobierno justificó la fusión como una medida de eficiencia que eliminará la burocracia y acelerará los procesos de inversión en sectores estratégicos.