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El sucre dejó de circular en el país en septiembre del 2000, ocho meses después de que se anunciara la dolarización.Mariella Toranzos

Dólar: ¿se acabó la pesadilla?

Hoy se cumplen veinte años del cambio de moneda. Analistas reflexionan sobre los efectos mientras que empresarios recuerdan la época tras la medida.

Veinte centavos el lunes, veinticinco centavos el martes, tres centavos más el miércoles. Así recuerda el mes previo a la dolarización María Rosa González. En aquella época, la economista y catedrática capitalina, cursaba la universidad.

“Vivíamos en carne propia las falencias del sistema económico. La inflación era terrible, y cada día el sucre valía menos. Los productos básicos, los alimentos que un día tenían un precio, al siguiente habían subido significativamente. Para el ciudadano de a pie y para las empresas, la situación era insostenible”, recuerda.

Eso, hasta que, acosado por la crisis bancaria, los estragos del fenómeno de El Niño en la producción agrícola y la caída del precio del petróleo, el Gobierno del entonces presidente Jamil Mahuad, tomó la decisión que recomendaban los expertos: dolarizar al país.

Desde ese 9 de enero, han pasado veinte años, que hoy se conmemoran por medio de la reflexión. En el Puerto Principal, tres foros distintos analizarán los efectos de esta decisión financiera en la economía nacional. En la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) y la Cámara de Comercio de Guayaquil, expresidentes, exvicepresidentes, ministros y funcionarios actuales, así como líderes de los gremios, debatirán las consecuencias de esta decisión, y sus pendientes con miras hacia el futuro, que se centran en flexibilizar las leyes laborales, ampliar la cartera de exportación y brindar seguridad jurídica para la inversión.

Como los cimientos sólidos de una futura construcción, describió el analista y catedrático Pablo Lucio Paredes a la dolarización. “Las bases están ahí, lo que necesitamos hacer es construir un mejor edificio”. Con él concordaron otros tres economistas, impulsores de la dolarización consultados por este Diario. Todos concuerdan, sin embargo, que los gobiernos que precedieron al de Mahuad, no ofrecieron las condiciones ideales para continuar fortaleciendo la economía.

“Debimos insertarnos en ese panorama financiero internacional como lo hizo Panamá (también dolarizado), que tiene más de cien bancos internacionales mientras que nosotros no tenemos ninguno. Hay que aplicar esa legislación”, señaló Carlos Julio Emanuel.

Quienes también reflexionan son los empresarios (ver cuadros), que indican que, por lo general, el cambio de moneda les permitió acceder a préstamos y apostar por el crecimiento de sus respectivos negocios. “La dolarización generó estabilidad”, explicó el exportador Samuel Reyes. “Al inicio fue complejo, porque todo subió de precio, y por lo menos mi familia perdió mucho dinero en el feriado bancario. Aun así, pudimos recuperarnos y crecer”, recuerda.

A otros, como el manabita Timoteo Zambrano, no les fue tan bien. “La mancha blanca y el cambio de moneda nos dejó en la bancarrota a mí y a muchos, pero fue un mal necesario. A largo plazo la economía del país, con sus fallas y pese a la corrupción del Gobierno anterior, se ha mantenido”.

Los Empresarios

“Pudimos comprar más maquinaria”

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Estuardo Román es el gerente de la embotelladora Agua CristalCortesía

“La dolarización nos permitió tener un endeudamiento a mediano y a largo plazo, nos permitió acceder a préstamos para comprar maquinaria y equipos que necesitábamos para mantenernos al día”, recuerda Estuardo Román, gerente de la embotelladora Agua Cristal.

Señala que, previo al cambio de moneda, planificar los costos de la compañía se había convertido en una pesadilla, debido a que el valor del sucre fluctuaba casi a diario.

“Era dificilísimo calcular costos, pagarle a los proveedores con facilidad o proyectarnos y planificar nuestras inversiones para el año”, explica.

Añade que, tras la implementación del nuevo sistema, las tasas de interés también bajaron. “Fue positivo por donde se mire. Lo que se necesita hoy en día, es dinamizar a las empresas”

“Fue difícil pero hubo estabilidad”

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Luis Villacrés es el director de la importadora maderera Hermaprove S.A.Cortesía

Una época difícil. Así recuerda Luis Villacrés, propietario de la importadora maderera Hermaprove, la dolarización. “A mí la devaluación me hizo pedazos, nos afectó muchísimo a todos los importadores. Nuestras cuentas por cobrar estaban en sucres, y cuando vino la devaluación, no cobramos nada”, rememora.

Pese a ello, concede que el cambio fue necesario. “Finalmente tuvimos estabilidad y eso benefició a las empresas y a los trabajadores”.

Aún así, considera que no hay que exaltar el aniversario del dólar. “No podemos hacer héroes a quienes tomaron la decisión de dolarizar, porque fue un producto del pésimo manejo económico. Las cosas no han cambiado mucho. Han sido veinte años que nos habrían servido para tener una buena reserva monetaria que no tenemos”.

“Mejoramos el margen del negocio”

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Xavier Durán es el propietario de la empresa Reysac.MIGUEL CANALES

Como una bendición inesperada recuerda Xavier Durán, propietario de la empresa Reysac, el anuncio del cambio de moneda. “Fue un alivio enorme, ya que para producir los sacos, debíamos importar materia prima, que era cancelada en dólares noventa días antes. En esos noventa días el sucre se devaluaba y al momento de comprar dólares para pagar a los proveedores, comprábamos menos y el poco margen nos afectaba muchísimo”.

Subraya que la dolarización eliminó por completo la situación y le permitió a su negocio continuar expandiéndose. “Obviamente hubo empresas que quebraron por los altos endeudamientos que mantenían en dólares y que luego no pudieron asumir, pero en general, la economía del país mejoró muchísimo y nos dio estabilidad”.

Los Estudiantes

“La identidad como ecuatorianos no nos la brinda la moneda”

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Cuatro estudiantes del Liceo Panamericano discuten la dolarización.Carlos Yagual

Al sucre lo conocieron solo en fotografías, libros de historia o en los billetes antiguos que guardaban, nostálgicamente, sus padres y abuelos.

Pese a ello, la dolarización y la crisis que marcó al país, es un tema que los alumnos del Liceo Panamericano de Guayaquil han estudiado extensamente, sobre todo en estos meses, previos al aniversario de la fecha.

“En ese momento, fue catastrófico. Mis abuelos me contaban que, en esa época, con lo que valía un dólar, una familia podía comer una semana, y eso los devastó. Pero a largo plazo, fue un impulso a la economía y permitió que nos recuperáramos de la crisis”, narra Andrés Porras, de diecisiete años.

“La gente no estaba preparada para asumirlo y ese primer año la pobreza incrementó y muchas familias se vieron afectadas por la migración y el desempleo”, dice el estudiante Joaquín Tamayo.

“De todas formas, en América Latina estamos muy influenciados por la cultura norteamericana, y no solo por su economía, sino su música, sus películas. Seguimos un modelo muy americano. Justo por eso, no es algo relevante. Que tuviéramos una moneda propia no nos daría más identidad como país, más bien nos permitió ofrecer más que una economía colapsada, a diferencia de Argentina, que tiene moneda propia, pero una hiperinflación abismal”, reflexiona Pablo Torres, de quince años.

El fortalecimiento de la economía, es más importante, agrega Jimena Molina. “Finalmente la dolarización generó, sobre todo, efectos positivos”.

Los chicos, sin embargo piden a los gobernantes estabilidad: “que tomen decisiones que nos beneficien”.