Nos duele Manabi
Nos duele Manabí desde la geografía, cultura y etnicidad. Su herida sangra en nuestro cuerpo porque somos guaymanabas y manasguayas que crearon los procesos, la historia, herencias, mitos y ritos. Si esto no basta, también lo hizo la mano de Dios.
Su tragedia nos llega muy hondo. Sangra tanto que duele el alma. Por esto reaccionamos como si la madre tierra y costa tropical, el mismo guayacán y cacao, el maní, café, paja toquilla y la tagua, las iguanas, los monos y los peces, se hubieran escondido y gritaran de temor y miedo.
Cómo no va a dolernos si nos une el ceviche, el aguacate, el verde, el maní, el corviche, el pan de almidón, los alfajores, los cangrejos, el camarón y la jaiba. Nos encontramos junto al café con bolón, empanada de verde y queso de hoja. También en la oralidad de muchas palabras raras que la gramática oficial no acepta ni entiende, pero que nosotros las sabemos porque son la vida del habla popular montuvia.
Me duele el alma del cuerpo y el cuerpo del espíritu. No solo lloro y me angustio, abro los dos brazos y manos para ir hacia mis hermanos manabas. Cómo no estar con ellos si nos unen tres realidades inmensas, profundas, de parientes territoriales, lengua, etnia y cultura. También de ancestros que la arqueología y etnohistoria descubrió.
Somos parientes en la consanguínea geografía tropical. Emparentados culturalmente desde la etnicidad montuvia y chola, con su habla, mitos, rituales y la cultura que nos grita por la piel, la pata amarilla y er cabello. Pero también porque arqueólogos e historiadores establecieron que somos manteños del sur (nosotros) y manteños del centro y norte (ellos). Por esto el recordado Ubaldo Gil decía que él era cholo montuvio.
Aquí están los Zambrano, Moncada, García, Loor mezclados con los Arosemena, Icaza, González y el cúmulo de apellidos extranjeros. Esto dice que hay tres profundas razones para sentir sus dolores y correr con la ayuda solidaria a ustedes, porque aquí y allá somos guaymanabas y manasguayas.
Ayudaremos a tu reconstrucción porque queremos que Umiña sea otra vez rito y mito que nos convoca a amarnos y a ser hermanos litoralenses.
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