Dos sitios ‘in’ en el suburbio

Dos sitios ‘in’ en el suburbio

Para muchos, el mejor negocio que se puede montar en los alrededores del hospital Guayaquil, en pleno suburbio Oeste, es una farmacia (hay más de 10), un restaurante con típicos y sencillos almuerzos (cerca de 12) y hasta agencias funerarias.

Sin embargo, fue en ese sector, en la esquina noroeste de las calles Amazonas y la 29, donde a Johnny Pinela Martillo, un guayaquileño de 39 años, abrió Lluvia & Café, una cafetería que intenta alejarse del concepto popular de los inversionistas del sector.

“Intento ser pretencioso con este negocio”, dijo hace poco Pinela. “Que las personas que ingresen aquí encuentren un lugar con una decoración atractiva y una atención particular”.

La idea que tiene este egresado en Sistema del Tecnológico Espíritu Santo es que su negocio se muestre tal y como luce una cafetería del centro de la ciudad o de Urdesa.

“Tenemos aire acondicionado y música. Además de varias opciones de café”.

El local abrió el 23 de enero pasado. Antes de que esto sucediera, hizo una selección de granos y posteriormente una cata con un público determinado. De esa demostración de sabores de café escogió uno, proveniente de Jipijapa.

“Los granos tostados nos los entregan sellado al vacío, en fundas. Acá los molemos en el momento en el que el cliente nos pide una taza de café”.

La idea de la cafetería llegó en un momento en el que intentaba generarse una fuente más de ingresos, él laboraba en una empresa distribuidora de repuestos automotrices, pero sucedió que justo el día en que la inauguró, lo despidieron.

En otro sector del mismo suburbio Oeste, Martha Chiriguaya Bravo, quien estudió decoración de interiores en Barcelona (España), intentó resolver el problema de salud que le provocaba comer fuera, mientras se dedicaba junto con su pareja a administrar una ferretería, montó Sabor & Arte.

El restaurante está ubicado en una avenida densamente comercial -Portete- pero la variedad de comedores populares y chifas abundan entre las calles 27 y 28, donde Sabor & Arte abrió en octubre pasado.

“No hay punto de comparación entre lo que se ofrece allá afuera, con lo que servimos aquí”, dijo hace poco la propietaria, quien impuso sus gustos personales al decorar este lugar. “Es una mezcla entre decoración rústica y moderna”.

Los materiales en su mayoría son reciclados, desde palé hasta caña picada.

“Son materiales baratos, pero lo que se impone es su buen uso. Es un lugar atractivo”.

Esta madre de dos hijos mantiene a seis personas, entre ellos un chef peruano.

“La idea es ofrecer un menú diferente a lo que uno puede encontrar en el sector, desde unos fettuccine de camarones hasta una paella. Todo con ingredientes naturales”.

Aunque ambos locales funcionan en sectores populares, buscan establecerse como una opción diferente.