Para dominar el juego: 3-4-3
Es difícil repetir una buena actuación. Pero los modelos de juego se pueden reiterar. Y a partir de los modelos se da continuidad a un estilo. Mondaini es aceleración y pausa. Cada jugada tiene una velocidad. El éxito de su acción pasa por la elección adecuada del número de toques que le da al balón y del movimiento de los receptores para abrir líneas de pase. Se llama desmarque de apoyo. Ayrton siempre con la espalda contra la raya para tener mejor visión de cancha. Romario Caicedo rompe por dentro y por fuera, rota para confundir al adversario en jugadas puntuales. Vides aparece en un desmarque corto hacia dentro, buscando el pase. Es un finalizador, no un goleador infalible. Angulo ha sido poco determinante. Emelec interioriza la audacia, condiciona al oponente.
Hay que hacer veinte pases si se tiene al frente doble línea de cuatro. Pero cuando se posee espacios no hay necesidad de tocar mucho. Todos se mueven de acuerdo con el desplazamiento de la pelota. Si el rival los toma mano a mano, el cambio de frente es útil, sobre todo para presionar cuando el adversario concentra jugadores en una zona determinada. El cambio de orientación es importante para encontrar a un jugador en espacio vacío.
Emelec toca corto. El pelotazo divide. Si juega al pelotazo y no achica, le cuesta. Cuando se tiene cinco atacantes va a faltar un tercer volante. Si el adversario plantea el 1x1 no se puede anunciar el pase, porque es más controlable.
Pedro Quiñónez tiene influencia en la progresión de la jugada, se conecta con los de adelante. Si el adversario toma hombre a Lastra y Quiñónez se desconecta el equipo. El ‘Bombillo’ tiene dos velocidades: una de mitad de cancha hacia delante y otra de mitad hacia atrás. Le falta saber cuándo tiene que reagruparse y cuándo salir. La última línea deja dudas, es desbordable. Los defensas pueden llegar a mitad de cancha, pero no mantenerse ahí. Las bandas quedan expuestas y el rival comienza a meter balones a la espalda de los laterales.