El disputado voto femenino

El disputado voto femenino

Son 1’063.940 votos de diferencia. El oficialista Lenín Moreno obtuvo, el pasado 19 de febrero, el apoyo de 3’716.343 electores, aunque no fue suficiente para alcanzar una victoria directa hacia la Presidencia de la República. Guillermo Lasso, líder de

Son 1’063.940 votos de diferencia. El oficialista Lenín Moreno obtuvo, el pasado 19 de febrero, el apoyo de 3’716.343 electores, aunque no fue suficiente para alcanzar una victoria directa hacia la Presidencia de la República. Guillermo Lasso, líder del movimiento CREO, cerró la primera vuelta con el voto favorable de 2’652.403 personas.

Son los datos finales que refleja el conteo del Consejo Nacional Electoral (CNE), publicado en su página web.

El comportamiento de un segmento de los votantes merece especial atención: las mujeres. Ellas representan el 51,13 % de los electores que, efectivamente fueron a votar.

De ese porcentaje, el 58,89 % decidió apoyar a Moreno (35,15 %) y Lasso (23,74 %). Los otros seis postulantes se dividieron el restante 31,05 % del voto válido femenino. Es decir que está en juego el apoyo de 1’662.698 electoras.

Cerca de la mitad de mujeres que no se inclinó por ninguno de los dos finalistas, optó por la socialcristiana Cynthia Viteri (16,58 %). Un porcentaje que el primer mandatario, Rafael Correa, cree que se ‘transferirá’ a Alianza PAIS porque “no es un voto ideológico”.

Moreno y Lasso tienen, además, otro reto: convencer a las 535.516 mujeres que anularon o dejaron en blanco su sufragio.

¿Cómo atraer el voto femenino? Fuentes de las campañas finalistas, consultadas por EXPRESO, adelantaron parte de la estrategia para convencerlas.

Las mujeres, dijo el equipo de comunicación de Moreno, han ocupado una parte importante en el discurso. El 28 de enero en Portoviejo, por ejemplo, ante representantes de colectivos y organizaciones de todo el país, el candidato dijo que su compromiso será “avanzar más rápidamente y con mayor intensidad en atender sus demandas”.

Entonces él, reiteró que el Ecuador que ofrece “es un país para las próximas generaciones, con más educación, salud, derechos, empleo. Solo así las mujeres podrán construir su propio destino”. Adicionalmente, la campaña de Moreno, destacó que la lucha contra la violencia intrafamiliar y de género será una de las prioridades de su administración.

En la segunda vuelta esos colectivos de mujeres “serán la punta de lanza” para apuntalar el apoyo electoral, se informó desde la campaña oficialista.

Ayer, este Diario contactó, vía telefónica, a María Fernanda Espinosa, una de las asesoras de la campaña del partido oficialista, y a María Alejandra Vicuña, del frente político del movimiento. Ninguna de las dos respondió a las inquietudes de EXPRESO.

Lasso tiene el camino un poco más difícil. En la primera vuelta recibió más votos de hombres (1’381.300 del total de 2’652.403 votantes) que de mujeres. Por eso, su campaña se dirigirá a ellas con más fuerza.

Quienes liderarán el esfuerzo para conseguir ese apoyo serán María de Lourdes, esposa del candidato y sus hijas María Mercedes y María de Lourdes Lasso Alcívar. Ellas volverán a ser parte muy activa, anunció Fernando Coronel, jefe de la campaña.

“Quién mejor que las mujeres más cercanas a Guillermo Lasso para llevar al país el mensaje de inclusión y de oportunidades que tenemos para ellas”, dijo. Coronel reconoce que para las mujeres tienen muchas propuestas, que posiblemente, en primera vuelta, no llegaron con la fuerza necesaria.

Rocío Rosero, activista por los derechos de las mujeres desde hace casi 40 años y exmiembro del Grupo Asesor de ONU Mujeres, cree que el mensaje básico debería ser “un compromiso real de los candidatos con nuestros derechos y para empezar creo que deberían deshacer sus convocatorias del 8 de marzo”.

Hasta ahora, solo está en pie la marcha oficialista. La semana pasada, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, desistió de esa convocatoria.

Históricamente, Ecuador ocupa un puesto importante respecto de la participación femenina en los procesos electorales: es el pionero en América Latina. En 1924, la lojana Matilde Hidalgo de Prócel se convirtió en la primera mujer votante.