Las dietas parlamentarias

Sin duda, una de las instituciones peor evaluadas de las últimas décadas es la Función Legislativa. Su servilismo durante la década infame y su actual inoperancia así lo propician.

Siendo su papel fundamental para el buen desenvolvimiento de la vida democrática, conviene analizar las potenciales razones para que se califique como mediocre, en el mejor de los casos, a su trabajo.

¿Será que los legisladores ecuatorianos están mal remunerados? Si se compara su salario con los de otros países de América Latina, es posible responder positivamente a la conclusión anticipada como pregunta. En Chile, y ello es motivo de un reciente debate, su ingreso mensual sobrepasa los 23 mil dólares mensuales. En Brasil supera los 16 mil y en Argentina los 10 mil quinientos. Cabe reseñar que en Suecia los parlamentarios tienen un salario comparable con el de Ecuador, que está en 4.758,55 dólares, sin contar con las remuneraciones derivadas por otros rubros como gastos de residencia, pasajes, etcétera. ¿Cabe entonces pensar en incrementar el ingreso de los padres de la Patria para evitar que caigan en tentaciones de corrupción o descuiden su actividad legislativa en busca de otros ingresos? El tema amerita un debate nacional y es conveniente llevarlo adelante.