Como en la dictadura
Me va haciendo común en ver en los barrios de Buenos Aires a policías dando la voz de alto a ciudadanos en plena calle, a quienes luego hacen colocar las manos contra la pared y proceden a revisarlos minuciosamente en su ropa y bolsos, en busca de armas, según dicen; les preguntan de dónde provienen y piden documentos, para luego dejarlos ir. Algo que en la Argentina no se veía desde hace más de 30 años y que retrotrae a las épocas más oscuras de las dictaduras militares. Claro que los involucrados en estos operativos son siempre gente de tez cobriza u oscura. Las clases medias y altas, en su mayoría descendientes de europeos, jamás sufren esta clase de atropellos. Este es uno de los signos visibles del “cambio” proclamado y puesto en marcha por Macri desde que asumió el poder, y se enmarca en su decisión de declarar el estado de emergencia en seguridad durante un año. Antes la policía tenía prohibición de pedir documentos en la calle.
Pero no es solo esto. La semana anterior una represión calificada como feroz fue desatada por la policía en la villa 1-11-14 de la zona sur de la capital, donde se asientan los sectores más marginales, gran parte de ellos extranjeros de países vecinos. Allí los integrantes de una “murga” vecinal, integrada por un centenar de hombres, mujeres y niños que ensayaba sus bailes para los desfiles de carnaval, fueron agredidos por la policía que trató de evacuarlos del lugar, un pasaje angosto, disparándoles balas de goma que dejaron 11 personas heridas. La policía llegó a la zona porque había detectado tres vehículos robados. De pronto, los balazos de goma coparon la escena en medio de los gritos desgarradores de las mujeres que pedían que paren: “Aquí hay criaturas”, clamaban inútilmente.
El asunto señala el preocupante derrotero que está tomando la acción policial y de la fuerza pública, sirviendo ahora a los intereses de la derecha empresarial, cuando la primavera de los regímenes socialistas y progresistas de Latinoamérica empieza a declinar ante la voracidad del sistema neoliberal que vuelve por sus fueros y privilegios.
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