No mas dictadores

Venezuela es un ejemplo heroico de la resistencia de un pueblo oprimido y subyugado por más de 20 años, desde la instauración del gobierno de Hugo Chávez el 2 de febrero de 1999, mediante un populismo nacionalista y democrático, hasta la actualidad que ha devenido en una dictadura con simulación democrática, que no resiste a los principios universales del Derecho. El gobierno de Nicolás Maduro ha sido calificado como totalitario y absolutista, de ideología sectaria de izquierda derivada en el socialismo del siglo XXI.

La otrora Venezuela libre, democrática y soberana, de grandes recursos naturales y económicos, que acogió a miles de inmigrantes de muchos países latinoamericanos, incluyendo a ecuatorianos, ahora necesita el apoyo de los países de la región y del mundo para salir de la dictadura opresora que violenta los derechos humanos de sus ciudadanos perpetrando delitos de lesa humanidad, a cuenta de la soberanía de su gobierno como derecho de las naciones y el principio de no intervención, los cuales no deben ser considerados válidos ni ser invocados para perpetrar la corrupción y las dictaduras genocidas.

Felizmente Sudamérica ha reaccionado mediante la Ley del Péndulo, saliendo de los gobiernos identificados con la ideología de ese socialismo del siglo XXI que ha fracasado, a decir de su propio creador, Heinz Dieterich Steffan, para dar paso mediante la votación libre, universal y directa, a gobiernos de ideología de centroderecha, con libertad de acción y pensamiento. Ecuador tiene en Venezuela el espejo de lo que nos hubiera ocurrido si no se cambiaba de gobierno, de política internacional y el accionar gubernativo, por lo que, en las próximas elecciones de autoridades se debe meditar y pensar bien el voto, para evitar el retorno de los fantasmas del pasado a la vida pública nacional. Que el período de abstersión política de los más de 82.000 candidatos sirva para la reflexión profunda en el ejercicio del derecho de sufragio, y meditemos que en ese papel que se llena, se deja el futuro de nuestros hijos, nuestra patria y nuestra conciencia.