Fervor. Las mujeres ayudaron a cargar la imagen de la Virgen.

Devocion muy cerca del mar

“Padre celestial, nunca nos desampares”, decía en sus oraciones Brígida del Pezo, una anciana de 70 años a la que no le importó la alta temperatura de ayer y recorrió seis kilómetros desde La Libertad hasta Santa Elena. Ella formó parte de los cientos

“Padre celestial, nunca nos desampares”, decía en sus oraciones Brígida del Pezo, una anciana de 70 años a la que no le importó la alta temperatura de ayer y recorrió seis kilómetros desde La Libertad hasta Santa Elena. Ella formó parte de los cientos de personas que participaron en la caminata del Viernes Santo.

La septuagenaria llevaba entre sus brazos un crucifijo con la imagen del Nazareno muerto por nuestros pecados. “Aunque ando enferma he venido a agradecerle a mi Dios que aún me mantiene viva”, nos dijo.

Durante el recorrido se cumplió con el cuadro vivo del viacrucis que pasó Jesús antes de ser crucificado. Las personas observaban cómo los soldados romanos maltrataban al hijo de María. Mientras la caminata avanzaba, vehículos motobombas de los bomberos rociaban agua sobre los feligreses, que pese al cansancio continuaban en la procesión.

En esta provincia, otras procesiones que convocaron a gran cantidad de devotos fueron la de Jesús del Gran Poder, que recorrió a lo largo y ancho el malecón de Salinas, y la que pasa por la parroquia Ancón y culmina al pie de la playa en el sitio conocido como Acapulco. JLC