Una despedida con ‘regalo’

Los dos acuerdos que firmó el exministro de Defensa, Fernando Cordero, antes de renunciar “demuestran su desconocimiento sobre las Fuerzas Armadas”. Eso piensa Ricardo Camacho, experto en seguridad, estudioso de temas militares y catedrático de la Acad

Los dos acuerdos que firmó el exministro de Defensa, Fernando Cordero, antes de renunciar “demuestran su desconocimiento sobre las Fuerzas Armadas”. Eso piensa Ricardo Camacho, experto en seguridad, estudioso de temas militares y catedrático de la Academia de Guerra.

Cordero dispuso que se eliminen los tratos discriminatorios, por ejemplo, suprimiendo espacios diferenciados. Ordenó, además, que se unifique el sistema de reclutamiento de oficiales y tropa para que se haga efectiva la meritocracia.

Aplicarlos “es imposible, inviable y sin sentido”, reitera. Para él, debe haber la diferencia entre oficiales y tropa por el nivel de responsabilidad y formación. “Al no entender la doctrina (los ministros), no entienden la diferencia entre oficiales y tropa”, dice.

Camacho contó a EXPRESO que ha visitado repartos en otros países y, en todos ellos, hay diferentes dormitorios, comedores, baños y casinos para oficiales porque el personal es reducido y la tropa es numéricamente muy alta. Igual sucede en Ecuador (ver gráfico).

El coronel (sp) Jorge Villavicencio salió del Ejército en el 2000. Ahora es parte de una campaña de defensa del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa).

¿Es viable unificar el sistema de reclutamiento? Él cree que no porque en las Fuerzas Armadas las necesidades no son simultáneas. Por ejemplo, si existe cupo para 100 miembros de Artillería o 50 de Caballería, se hará la convocatoria para llenar esa cifra, dice.

Cuando un aspirante busca ser parte de las FF. AA. se somete a pruebas físicas, médicas, académicas y psicológicas. Para ser soldado (tropa) se requiere un año de preparación. Y para ser subteniente (oficiales), cuatro años.

Bolívar Caranqui, sargento en servicio pasivo, reconoce que es una medida que nadie puede rechazar. Pero le llama la atención “que sea en un momento como el actual, por el tema del Issfa”.

La misma crítica hace Raúl Auquilla, asambleísta de CREO e integrante de la Comisión de Soberanía: este tipo de acuerdos, dice, siempre se los hace con alguna intención, tratan de crear zozobra e intranquilidad y “ojalá no prosperen”.

Para el analista político Vladimir Serrano “es una buena intención, pero no sé cuán real sea”.