Contención. En un solo bloque, los UMO no pueden retroceder de la línea creada para contener a la masa.

Ante el desorden, los ‘Robocops’ estan aqui

Son los 240 hombres de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) que se constituyen en la ‘guardia de choque’ de la Policía Nacional en los desafueros masivos que se producen en la Zona 8, principalmente en Guayaquil.

Ellos no se hacen ‘humo’ ante los desmanes. Por el contrario, son los llamados a enfrentar ‘cuerpo a cuerpo’ cualquier alteración masiva del orden público.

Son los 240 hombres de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) que se constituyen en la ‘guardia de choque’ de la Policía Nacional en los desafueros masivos que se producen en la Zona 8, principalmente en Guayaquil.

Aunque, desde hace décadas funcionó como Compañía del Mantenimiento del Orden (CMO) para el control en eventos, fue recién hace siete años que se creó como una unidad especial, reseña el capitán Miguel Naranjo Haro, quien lleva 4 de sus 15 años de servicio en la institución, dentro de la UMO. “A partir de 2010 nos perfeccionamos en las operaciones de mantenimiento del orden con instructores franceses, chilenos y colombianos”, detalla el oficial.

Con reglamento propio, la UMO se diferencia de las demás unidades por su fuerza de reacción de choque, cuando las multitudes, principalmente en manifestaciones, se tornan violentas.

“Estamos capacitados para el mantenimiento y control de espectáculos públicos, de gran connotación como fútbol, donde la mayor parte de gente se puede tornar violenta”.

Pero también los diferencia su uniforme al estilo Robocop, aquel que utilizó el policía Álex J. Murphy (encarnado por el actor Peter Weller) en la película estadounidense de 1987.

Un traje de color negro complementado por otros accesorios (ver infografía) que, no solo ayuda a aguantar los golpes, sino que simula una mayor musculatura, especialmente en aquellos elementos de mediana estatura. Si bien, supone tener un buen físico, lo que más importa son las ganas, el temple que hace a un policía antidisturbios, señala su representante.

“Tienen que ser muy pacientes en muchos de los casos y a la vez reaccionar de manera ágil y oportuna. Por lo general estamos preparados para todo (lo que incluye insultos)”, pues una de sus misiones es no retroceder. Cuando toman una línea, sin importar lo que caiga, no pueden dar ni un paso atrás.

Dentro de los equipos de protección personal están también los escudos antitraumas o antigolpes, que sirven para contener a las masas, piedras, palos, llantas incendiadas, etc.

Algo que en ocasiones resulta insuficiente para salvaguardar la vida. Según el capitán Naranjo, a mediados de diciembre de 2016, una manifestación en el campamento minero San Carlos Panantza, en Morona Santiago, cobró la vida de un compañero, mientras que otro resultó gravemente herido, por disparos de fusil.

Armas de fuego que no pueden utilizar para el mantenimiento del orden. Sus principales armas son los gases lacrimógenos y vehículos o tanquetas, blindadas hasta en las llantas, lo que les permite una mayor movilidad dentro de las manifestaciones.

Pero la formación de la UMO no se queda solo en los disturbios callejeros. Su radio de acción se amplía en custodias y resguardos de centros de privación de libertad, motines en las cárceles, intervención y toma de edificios por parte de manifestantes.

Su presencia fue notoria en las marchas que se produjeron a favor y en contra del anterior Gobierno, que concentró a miles de personas, en las principales ciudades del país.

“Nosotros tomamos un importante papel porque somos la primera línea de defensa de las manifestaciones”, dice el capitán Naranjo.

Si bien, en Guayaquil existen 240 elementos para toda la Zona 8, la UMO también colabora en otras zonas, como en Santa Elena. Pero su trabajo se focaliza principalmente en el Puerto Principal, donde hay ‘más acción’ y tienen su sede dentro del Cuartel Modelo.

A nivel nacional existen 7 cuarteles con aproximadamente 800 elementos desplegados en las Zonas 1, 2, 3, 4, 7, 8 y 9. Se prevé que para 2018 se incremente el personal a 1.300, una cifra ideal -según el oficial- para lo que necesita el país.

En Quito y Guayaquil están los principales cuarteles, por ser las ciudades más grandes, con mayor población y eventos que, en ocasiones generan graves disturbios.