Democracia debilitada

Escribo este comentario el lunes 14. El país amaneció anímicamente desmotivado y socialmente fracturado, después de haber visto y oído el diálogo entre el presidente de la República y la dirigencia indígena, facilitado por la mediación de las Naciones Unidas, la Conferencia Episcopal y el apoyo de Universidades de Quito, que concluyó con un frágil acuerdo de revisión del decreto que eliminó el subsidio a la gasolina extra y al diésel.

Al margen de comprender que dicha medida económica afectaba a las personas de limitados ingresos por el alza de pasajes y víveres de primera necesidad, los ecuatorianos que creen en la democracia, en la paz, en el imperio del orden, la ley, repudian los hechos terroríficos como el saqueo y el destrozo de bienes intangibles como el centro histórico de Quito. El tumulto, el discurso estridente, la agresión, la siembra de miedo, se apoderaron de calles y carreteras, impidiendo el ejercicio de elementales derechos humanos como el del trabajo y la libre movilización. ¿Quién paga las cuantiosas pérdidas sufridas por todos?

Si el Gobierno tiene pendiente una cirugía mayor a la corrupción, ahora le queda una cirugía mucho más delicada, recuperar la plenitud de sus facultades de gobernanza, restituir la institucionalidad, buscar canales de armonía social. Sin duda la democracia quedó debilitada, no es normal que la Presidencia haya trasladado la sede del gobierno, la Asamblea Legislativa no pudo sesionar, la Función Judicial aplazó diligencias, el edificio del organismo que controla el correcto uso de recursos públicos fue incendiado, se efectuaron secuestros temporales de periodistas, militares, policías, alcaldes, que cumplían sus deberes. Ese comportamiento es ajeno al ancestral Código de conducta indígena incorporado a la Constitución: ”no robar, no mentir, no ser vagos”.

Este tristísimo episodio refleja que el Ecuador es como “un espejo roto en el que cada uno se mira en el pedacito de espejo que tiene frente a él”. Nos hemos negado permanentemente a unir las partes y a construir un solo espejo nacional que recoja nuestra diversidad.