Si hay algo que simboliza a Delfín es la perseverancia, misma a la que se acogen para no jugar una final. Cuando parecía que el partido contra El Nacional acababa empate, el único líder del torneo, a pesar de no tener el mejor partido del 2017, la peleó y pudo revertir un marcador que tuvo a los puros criollos como protagonistas en el primer tiempo, pero que dejó el Jocay de Manta con las manos vacías.

El Nacional ha tenido una segunda etapa llena de buenas actuaciones. El equipo que dirige Eduardo Favaro salió de todo peligro de descenso luego de terminar en noveno lugar en el primer semestre y ganar ayer representaba colarse en la cima del torneo.

Por lo tanto, El Nacional intentó limpiar el camino hacia la victoria desde el principio. El flanco zurdo de los militares trajo muchos problemas a un Delfín desentendido, que vivió un letargo durante los primeros 15 minutos.

Eder Fuertes yAlejandro Villalba fueron un dolor de cabeza de Marcos Cangá, quien pedía ayuda en la marcación.

El gol de penal de Manuel Balda encendía las alarmas para el cetáceo, El Nacional se trepaba a la punta y Delfín, más allá de ceder ventaja, dejaba ir una oportunidad en casa.

Pero 10 minutos luego, Roberto Ordóñez recordó a todos su importancia en este club y lo hizo con un gol en el que hasta perdió el zapato de su pie izquierdo.

El segundo tiempo prometía mayor acción, pero el desarrollo era trabado. Se prestaban la pelota y ambos intentaban, por momentos Delfín adelantaba sus líneas, en otros El Nacional.

Pero en un choque tan disputado, el arco se iba a volver a abrir con algún error y así fue. Segovia hace un penal infantil y Ordóñez lo canjeó. Delfín revirtió un resultado y un partido complejos, los de Guillermo Sanguinetti no quieren dejar escapar la etapa. No quieren final.