Lo que define a Barcelona son los rOles
El toque amarillo está orientado para crear peligro. Al equipo lo sostiene el funcionamiento, no es dependiente de un jugador oportunamente inspirado.
La diferencia entre la genialidad y el talento es que el talentoso realiza sin errores lo que ya está inventado, en tanto que la genialidad inventa lo que no existe. Resuelve lo que, razonablemente no se puede resolver.
Los jugadores geniales requieren a los que no son como ellos. Necesitan de los talentos proletarios para poder ser virtuosos. Se precisa alguien que recupere, corra y meta. Que protejan. Un equipo se basa en que actúen jugadores diferentes y por esa diferencia funcione bien. En Barcelona son tan importantes Díaz , Álvez, Ayoví, como Calderón, Marques y Arreaga. Se llama juego complementario. Barcelona 3 Liga de Quito 1. Balón contra espacio: Pase ofensivo de Banguera, el talento simplificador de Damián Díaz apareció. Habilidad determinante y regate por derribo. Álvez abrevió la jugada, remató y Viteri bloqueó, el rebote fue para Damián. A los ángulos rectos los arqueros no llegan nunca. La definición fue apabullante (1-0). Shot relámpago con esa vibración fría que tienen los hechos repentinos y sorpresivos. Pie y balón que se juntaron. Disparo y red que se levantó. Calderón fue calma y temple, toque pausado y pensamiento veloz. De libre buscó la cabeza de Arreaga que marcó un gol de esos que se gritan antes de que la pelota entre en las piolas (2-0). Javier Arreaga cerró bien su zona. No se dejó llevar por la pelota y olvidó al hombre. No solo miró el área, sino también la zona de influencia del balón. Barcelona podía arriesgar una asistencia en los últimos treinta metros. Pero no en la mitad de cancha donde se necesitaba seguridad para ir avanzando. La pelota te vincula, la pelota te reúne.
Si avanzas con el balón eso genera cercanía. Cuando pierdes la pelota estás próximo para recuperarla. Hernán Barcos fue genialidad ocurrente. Arrancó desde atrás para procurarse libertad de recepción de balón. Guerrero acompañó su andar. Barcos tuvo astucia para olfatear en qué momento picar el balón y anotar (1-2). Sobre el final, Carcelén agarró a Nahuelpán dentro del área. Álvez cambió penal por gol. Capacidad de síntesis para ser definitivo (3-1).