El ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, fue uno de los expositores en el seminario que delinea la Política de la Defensa del Estado, que irá en el nuevo ‘Libro Blanco’ que estará listo en diciembre.

La defensa nacional mira ‘nuevas amenazas’

Migración irregular, corrupción y el terrorismo son parte de los problemas a enfrentar.

En los próximos días habrá cambios en la cúpula de las Fuerzas Armadas y una nueva política de defensa nacional recogida en el tercer ‘Libro Blanco’. El primer documento se elaboró en 2002 y el último en 2006.

El nuevo documento vendrá, posiblemente, de la mano del nuevo jefe del Comando Conjunto y los nuevos comandantes de la Marina y de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), cuyas funciones concluyen el 9 de diciembre.

El texto, cuentan las autoridades, toma en cuenta las ‘nuevas’ amenazas que afectan la seguridad de países como Ecuador. El crimen organizado, el narcotráfico, terrorismo y los flujos migratorios irregulares están en la lista, según reseñó el general Washington Buñay, subsecretario de Defensa Nacional.

Se suman la corrupción y los delitos derivados de actividades como la minería ilegal, presente en las zonas de frontera. También el lavado de activos.

Una muestra de la presencia de esos grupos irregulares ya se evidenció en los primeros cuatro meses de este año, con 10 atentados terroristas que provocaron la muerte de cuatro marinos, un equipo periodístico de diario El Comercio y una pareja secuestrada y asesinada. El hecho fue reconocido por el frente narcoterrorista Óliver Sinisterra, liderado por Wálther Arízala, alias Guacho, un disidente que no se acogió al proceso de desmovilización de las FARC.

Esa fue una de las amenazas que enfrentó el país como parte de la fase final del proceso de paz en Colombia.

El ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, mencionó también el incremento de la cadena del narcotráfico y de la economía criminal. Expuso que eso provoca violencia “criminal transnacional y violación de la soberanía”.

La idea del nuevo ‘Libro Blanco’ de la defensa es replantear los roles de las Fuerzas Armadas en operaciones militares de seguridad y de apoyo a la Policía y analizar las amenazas a la seguridad del Estado en la frontera común entre Colombia y Ecuador.

Desde junio ese replanteamiento ya se hizo en la frontera de Esmeraldas con la creación de la Fuerza de Tarea Conjunta, acantonada en esa provincia a raíz del incremento de la inseguridad.

El ministro mencionó que los objetivos estratégicos y la política de defensa de la zona incluyeron, entre otras prioridades: contrarrestar las actividades económicas financieras ilegales, reducir la vulnerabilidad socioeconómica, controlar una migración ordenada y segura y analizar la capacidad de los sistemas de viabilidad, telecomunicaciones y de comunicación.

Los expertos estarán reunidos hasta hoy en Quito para plantear las bases del nuevo libro. Uno de los expositores de este día será el canciller José Valencia, quien hablará de la política exterior del Estado en el ámbito de la defensa.

El jueves y el viernes el seminario se trasladará a Guayaquil para analizar la delincuencia transnacional y su incidencia en la seguridad y defensa. Las amenazas a la seguridad marítima y las estrategias para combatirlas enriquecen la agenda.

En ambas reuniones habrá mesas especializadas de trabajo que sistematizarán las exposiciones, elaborarán las conclusiones y las propuestas para la Política de la Defensa, que estará lista en diciembre.

El coronel Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia del Ejército, recordó que antes, para la guerra regular, las amenazas eran las vinculadas con la frontera sur, tráfico de armas y municiones, narcotráfico en la frontera norte y la creación de los grupos insurgentes internacionales que podrían operar en el país.

Los argumentos

En 2002

El 2002 proyectaba al Ecuador a un escenario en el que continuarían los esfuerzos por fortalecer la institucionalidad, pese a las dificultades sociales, políticas y económicas. Decía que la paz social prevalecerá, pero marcada por factores de presión, que se presentan en forma de paros y otros hechos que alteran el orden público.

En 2006

En el ‘Libro Blanco’ elaborado en 2006 se señalaba que las políticas de seguridad y defensa “enfrentan problemas y desafíos referidos a entornos regionales y subregionales específicos y a su inserción en los diversos procesos de integración económica y política que se desarrollan en el continente”.