Damas, por favor, demos ejemplo
Soy una mujer de sesenta y dos años, y con mucha desilusión he visto cómo en los buses de transporte público hay mujeres jóvenes que ocupan los asientos amarillos y son incapaces de ceder su puesto cuando ven a una persona de la tercera edad o a madres con niños en brazos.
Les recuerdo a estas damas que los asientos amarillos están designados a ancianos, mujeres embarazadas o personas con capacidades especiales.
Incluso a mí, a pesar de mi edad, me ha tocado ceder mi asiento a caballeros que viajan con niños pequeños en los brazos. Las féminas muchas veces cometemos las mismas faltas que achacamos en los hombres.
Petronila Zapata