Cynthia

Las personas, frente a un período de elecciones, se muestran inquietas y preocupadas por su futuro al ignorar los resultados, ya que si bien hay electores que carecen de criterio, hay muchos que al sufragar esperan que los represente quien aspire a trabajar con entusiasmo y dedicación en aras del beneficio colectivo.

El panorama se tiñó de amarillo y si bien este color no es mi favorito por ser eléctrico, políticamente hablando, la llegada de Cynthia a la Alcaldía adquiere una enorme repercusión sobre lo que es Guayaquil, que enrumbada por una administración edilicia impecable con Jaime Nebot, tiene todas las garantías de que el progreso y desarrollo de nuestra querida perla está asegurado.

Frente al galimatías electoral donde concurrieron una gama de ‘huairapamushcas’ tentando la suerte como aquel que sopló la flauta y ante la presencia de candidatos serios, preparados, consistentes y muñidos de lo que llamaríamos derecho a competir, se destaca la figura de Cynthia, una dama que ha bregado en las lides políticas y se ha desempeñado con acierto, dada la seriedad y transparencia de su actuación, aunadas a su simpatía y don de gentes, que siempre han impactado en quienes la conocemos.

Resulta imprescindible el poseer un bagaje de conocimientos y experiencia al momento de enfrentar una responsabilidad administrativo-política, dadas las características polifacéticas de un cargo cuya envergadura está relacionada con la magnitud y extensión de las funciones a desempeñar y que en el caso de Guayaquil son de tal amplitud y variabilidad que no había cabida para otra alternativa electoral.

A lo largo de su existencia, Cynthia ha demostrado sus arrestos en atención a la tenacidad, perseverancia, claridad, ejecutividad y espíritu de lucha con los cuales ha triunfado ante los retos con los que se ha enfrentado, con firmeza, decencia y honestidad, virtudes ya casi desaparecidas del léxico castellano.

Le auguramos triunfos y éxitos en su desempeño por un Guayaquil noble y pujante, que marcha cual ariete en pro de su progreso y del bienestar de sus habitantes.

Y sigo andando...