Trabaja por una cultura de higiene

Trabaja por una cultura de higiene

Ocho de cada diez pacientes que llegaban a su consultorio le confesaban que dentro de su rutina de higiene no incluían al hilo dental. Eso preocupó a Raúl Guerra Holguín, un odontólogo graduado en Brasil y especializado en rehabilitación oral estética. Explica que las bacterias peligrosas que se concentran en la boca pueden llegar al corazón, al pulmón, a las articulaciones y, en el caso de las embarazadas, hasta el feto.

Como sabe que la higiene bucal en la ciudad es escasa, el hijo de uno de los odontólogos con más trayectoria de la ciudad (Raúl Guerra Rohde, con 50 años de experiencia), decidió crear un producto que puso en el mercado hace seis meses. “Me tomó más de tres años, porque había que ver los modelos y sacar la patente”.

Este profesional, quien también fue docente universitario, dice que no se trata de “haber descubierto el agua tibia”, sino de sacar un producto económico, masivo y revolucionario. ¿Para qué sirve? Para limpiar la lengua, donde se concentra gran cantidad de bacterias y que pese a eso no se la toma en cuenta al momento de la limpieza. Con este aparato resulta también fácil colocar el hilo dental para facilitar la higiene.

Se trata de buscar la manera de que los ciudadanos aprendan correctos hábitos, lo que permitirá prevenir las enfermedades. Es posible que acuda al cardiólogo y que él le diga que el origen de su problema estuvo en la boca. Y así con otras especialidades.

Sucede porque al no limpiar como se debe, hay inflamación de las encías y esas bacterias ingresan al organismo a través del torrente sanguíneo. Además, se conoce que al menos el 80 % de los casos de mal aliento tiene su origen en la boca.

Por eso, recuerda que una correcta limpieza no solo involucra el cepillado tres veces al día. Hay que poner atención entre los dientes, a la lengua, a la parte interna de las mejillas, a las encías...

Mientras proyecta en su computadora algunos de los casos que atiende en su consultorio, este odontólogo explica que la profesión está tomando otros matices. No se trata solo de que los pacientes tengan una sonrisa bonita, ese es un valor agregado. Lo importante es que la boca tenga sus funciones correctas para que no vea perjudicada la oclusión.

Al igual que ocurre con el bruxismo, hay ciertos problemas generados por la mala mordida, que terminan causando dolores de cabeza continuos. Y no ceden hasta dar con la causa.