La sociedad tecnológica de hoy, con sus procesos, instrumentos y resultados, está presente en casi todos los actos de la vida cotidiana.

Empresas y personas realizan usos continuos de dos productos de ese mundo: el computador y el móvil. En uno y en otro generalmente acostumbran a registrar importante información sobre sus diferentes actividades.

El uso de estos instrumentos -el PC y el móvil-, se ha vuelto cada vez más imprescindible, de importancia vital. No solo porque las relaciones entre negocios y personas se hacen más rápidamente y en tiempo real, sino porque el mundo de las comunicaciones virtuales ha implementado e instaurado nuevas formas de relaciones entre esos ciudadanos y esas empresas.

El empresario y el ciudadano actualmente son valorados y estimados en función de qué tipo de PC, software y móvil tienen. No se concibe hoy empresa ni funcionario que no tengan un aparato de última tecnología. Es imprescindible para la acción económica de los negocios y de la vida social común.

Sin embargo el uso de ambos dispositivos tiene algunos riesgos que generalmente no se evalúan ni aquilatan en su real dimensión e importancia. En esto consiste lo que ahora se llama saber cuidar y proteger la base de datos. Es decir, en estos dos aparatos está contenida una importante y estratégica información que empresas, funcionarios, directivos y personas comunes deben saber proteger, pues en función de la mayor modernización tecnológica que se pueda obtener de ellos, también se está mayormente expuesto a efectos de vulnerabilidad. Esto ocurre porque los delincuentes en este ámbito -a su vez- se han tecnificado y han aprendido procesos y métodos de última generación.

En el país, según investigación policial, se ha establecido que en este campo seis de cada diez personas guardan información sensible y de supremo cuidado en las bases de datos de sus computadoras y de su móvil. Esto los hace muy proclives a la invasión de los delincuentes informáticos (ciberpiratas) que buscan penetrar en ellos y apropiarse de la información con fines delincuenciales. Por eso es recomendable que quienes registran este tipo de data en esos instrumentos tecnológicos, aprendan a conservarla y resguardarla.