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Cuadrado elude la adversidad

El tremendo gol que marcó el pasado martes el mediocampista colombiano Juan Cuadrado contra el Olympique de Lyon ofreció otra prometedora muestra de un jugador cuyo talento natural se ha visto opacado a veces por tragedias personales y reveses en su ca

Decisivo. Juan Guillermo Cuadrado, futbolista colombiano, marcó diferencias en el duelo de la Champions League frente al Olympique de Lyon cuando con un potente remate le dio el triunfo a la Juventus.

El tremendo gol que marcó el pasado martes el mediocampista colombiano Juan Cuadrado contra el Olympique de Lyon ofreció otra prometedora muestra de un jugador cuyo talento natural se ha visto opacado a veces por tragedias personales y reveses en su carrera.

Cuadrado envió al fondo de las redes un disparo imparable desde un ángulo casi imposible para dar a la Juventus una victoria por 1-0 contra el cuadro francés. “Traté de hacer el juego, no podía ver a nadie, así que intenté lanzar un misil y funcionó”, afirmó el internacional cafetero.

El ritmo y la habilidad del extremo colombiano se convirtieron en una pesadilla para la defensa rival y una delicia para los espectadores amantes de la astucia sudamericana de la vieja escuela, esa que hace levantar de los asientos en base a velocidad y desequilibrio, algo que solo tienen los privilegiados.

Sin embargo, su carrera ha sido una lucha cuesta arriba desde que comenzó a patear una pelota en la pequeña localidad de Necoclí, en la costa del Caribe. Se crio en la región de Urabá, ubicada en el centro del conflicto colombiano con las guerrillas, los grupos paramilitares y el narcotráfico.

Su padre Guillermo, un camionero, murió en medio de un tiroteo cuando Cuadrado tenía solo cuatro años. El pequeño estuvo escondido bajo su cama todo el tiempo, ya que es lo que le dijeron que hiciera cada vez que escuchara disparos.

Su madre se mudó a otra ciudad en busca de trabajo y Cuadrado terminó viviendo con su abuela, que quería que estudiara. Jugaba al fútbol en calzoncillos para no llegar a casa sucio, evitando así las sospechas de su abuela.

Pese a su frágil constitución, su talento era obvio y se hizo con un puesto en el Deportivo Independiente de Medellín. Poco después se fue a Italia, donde jugó para el Lecce y el Udinese antes de unirse a la Fiorentina, donde comenzó a marcar la diferencia.

Brilló en el Mundial de Brasil 2014, ayudando a Colombia a llegar a cuartos de final, su mejor clasificación histórica del representativo cafetero.

En enero siguiente fichó por el Chelsea, pero no encajó y se fue a préstamo a la Juventus para la temporada 2015/16, donde logró el título de la Serie A y pudo extender su contrato de cesión por tres años más. Así Cuadrado se abre paso, en espera de su explosión total.