Afectación. Los buzos descubrieron dos roturas en el monumento.

El Cristo sumergido en Ayangue sufre danos

Preocupados están los habitantes del balneario Ayangue, en la provincia de Santa Elena, al enterarse del daño que sufrió el Cristo de las Aguas, imagen que fue sumergida en las inmediaciones del islote El Pelado, en diciembre de 2011.

Preocupados están los habitantes del balneario Ayangue, en la provincia de Santa Elena, al enterarse del daño que sufrió el Cristo de las Aguas, imagen que fue sumergida en las inmediaciones del islote El Pelado, en diciembre de 2011.

El buzo Ambrosio Yagual lideró la expedición, el pasado martes, para rescatar el monumento y traerlo a tierra firme, donde cientos de personas esperaban noticias.

“Al parecer han sido pescadores que al lanzar sus redes afectaron a la imagen”, manifestó Yagual a su arribo a la playa con fragmentos del Cristo.

El hecho fue criticado por los habitantes de Ayangue. Es que el área donde la efigie fue sumergida, las autoridades la declararon como zona protegida; sin embargo, lanchas y barcos efectúan faenas de pesca en ese sitio.

“¡Qué horror!, no se respeta nada, la gente de mar sabe que allí es una reserva marina y no se puede pescar, pero lo hacen. La Armada y el Ministerio del Ambiente deben tomar acciones urgentes para que esto ya no vuelva a ocurrir”, expresó el morador Juan Salinas.

La imagen del Cristo de las Aguas, que permanecía a 10 metros bajo el océano, ya tenía adherida a su estructura residuos de diversidades marinas.

Cada cierto tiempo se le hacía mantenimiento al rostro y sin duda era la atracción de los buzos nacionales y extranjeros que acudían al lugar.

“Es lamentable lo ocurrido, ojalá pronto sea reparado el Cristo y se lo pueda sumergir nuevamente porque es uno de los atractivos que tiene Ayangue”, comentó la turista guayaquileña Romina Sánchez.

La imagen fue rota en la parte de abajo y en uno de sus costados. Cuando fue llevada a la playa, varios de los turistas presentes se tomaron fotografías.

Yagual la trasladó al puerto de Anconcito para que un experto en fibra de vidrio lo pueda restaurar, en espera de que vuelva pronto al mar. (F)