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Ni la crisis ni las amenazas del zica frenan el carnaval

Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Los brasileños dejaron ayer de lado la alerta causada por la epidemia de zika y olvidaron la crisis política y económica en la que está sumido el país, para dar rienda suelta a la fiesta del carnaval. En Río de Janeiro, la ciudad del carnaval por antonomasia, había programadas 93 fiestas callejeras organizadas por los ‘blocos’, nombre con el que se conoce a las comparsas o bandas de música carnavalescas, algunas de las cuales atraen a auténticas multitudes.

El Cordão da Bola Preta, el ‘bloco’ más antiguo de Río, fundado en 1918, congregó a cientos de miles de personas en las amplias avenidas del centro de Río, al ritmo de la samba y de las ‘marchinhas’, las alegres canciones típicas del carnaval carioca que los brasileños se saben de memoria.

La calle Primeiro de Março y la avenida Antonio Carlos, que de lunes a viernes son recorridas por trajeados hombres de negocios, fueron tomadas por una marabunta de piratas, indios, hadas, princesas, policías y curas borrachos, superhéroes, incontables hombres vestidos de mujer y juerguistas con camisetas blancas con bolas negras, el uniforme oficial de este ‘bloco’, que es especialmente querido por las clases más humildes y reunió a un millón de personas, según cálculos de la agencia de turismo de Río de Janeiro, desde niños hasta ancianos y sobre todo muchos jóvenes.

Ellos ignoraron las recomendaciones de las autoridades sanitarias, especialmente dirigidas a las mujeres embarazadas, de evitar las aglomeraciones y los besos con extraños, con el objetivo de prevenir posibles contagios del zika.

La fiesta del Cordão da Bola Preta, a pesar de comenzar en las primeras horas de la mañana, estuvo regada por cerveza y caipirinha, que los vendedores ambulantes ofrecían tanto en su forma tradicional como congelada, para aplacar el intenso y pegajoso calor.

En las playas de Copacabana e Ipanema, los ‘blocos’ también reunieron a cientos de miles de cariocas y turistas en fiestas sucesivas, por la mañana y por la tarde, en las que hubo samba y otros ritmos, como el funk carioca, un estilo de música de las favelas. EFE