Ponencia. El arquitecto Compte habla sobre uno de los edificios clásicos

Crecer sin planificacion y en zonas no aptas, dos males historicos de la ciudad

Estudiantes, docentes e historiadores se congregaron la tarde del jueves en el auditorio de la Corporación Nacional de Arqueología, Antropología e Historia (Conah) en el interior de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), para escuchar la conferenc

Estudiantes, docentes e historiadores se congregaron la tarde del jueves en el auditorio de la Corporación Nacional de Arqueología, Antropología e Historia (Conah) en el interior de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), para escuchar la conferencia magistral de Florencio Compte Guerrero, un reconocido arquitecto en el país y decano de la facultad afín de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil (UCSG).

Durante casi dos horas, Compte guio a los asistentes a través de un paseo por la historia de la arquitectura guayaquileña, a la que señaló como una “interpretación de otra interpretación”, esto debido a que la misma recibía influencias de la arquitectura californiana, que a su vez estaba influenciada por la mediterránea.

El papel preponderante de la economía en Guayaquil tras el segundo ‘boom’ cacaotero entre 1880 y 1920 tuvo a su vez un gran impacto en el desarrollo urbano de la ciudad, explicó Compte. Esto puede observarse en los primeros planos trazados, donde se aprecia cómo se forzó la construcción en zonas que visiblemente no eran las óptimas.

Otro de los dilemas con que Guayaquil ha tenido que lidiar desde sus inicios es la falta de una correcta y paralela forestación. Simplemente “no existió el concepto de parques” recalcó el docente.

Asimismo, destacó la importancia de que este tipo de espacios de diálogo se estén realizando, conforme a que se reconozca el espacio de la arquitectura como un elemento activo en la historia de la ciudad.

Decenas de imágenes de antiguas edificaciones que permanecen hasta hoy sirvieron como apoyo visual y de crítica social. Puesto que en la actualidad buena parte de esos hitos históricos han sufrido radicales transformaciones, lo que ha comprometido no solo la estética original de la obra, sino también una parte del espíritu guayaquileño. DEMO