Carlos Raposo. Firmó con 24 años su primer contrato con el Botafogo. Tuvo una pseudo carrera deportiva de 20 años, donde vistió 15 divisas distintas.

Cracks del engano

Firmaron vínculos con clubes famosos y se lucraron del fútbol, con la particularidad de no ser afines a él. ¿Cómo fue esto posible?

Cuando sueñas con ser boxeador, hay que pasar horas y años dentro de un cuadrilátero. Si se anhela ser abogado, doctor, periodista, ingeniero, se debe estudiar para aquello, también, mucho tiempo en aulas. Para el tenis, desde aprender agarrar una raqueta, hasta golpear la pelotita verde. Para el béisbol, conocer el diamante, sus reglas y, al igual que las anteriores, una vida de práctica.

Ahora, si desean ser futbolistas, ¿hay una excepción en la regla? Claramente no. Lionel Messi, Ronaldo Nazario, Diego Maradona, Pelé, Gianluiggi Buffon, Cristiano Ronaldo, Juan Román Riquelme, Zinedine Zidane, Francesco Totti, Enzo Francescoli, Alberto Spencer, Antonio Valencia y todas esas estrellas del deporte más amado en el globo, trabajaron años en potreros, canchas de cemento y en formativas de diferentes clubes, para construir su nombre.

Pero el balompié está lleno de sorpresas. Esas que nos presentan en la cancha con partidos vibrantes que se deciden en los últimos minutos, y otras, como la de estos personajes que llegaron al fútbol profesional, a punta de artimañas, sin saber usar el esférico, algo esencial para el desarrollo de este deporte.

Desde falsas recomendaciones, lesiones en los entrenamientos, el poder de las redes sociales para negociar, suplantación de identidad y demás engaños, que sirvieron para estafar a instituciones de fútbol, directores técnicos, dirigentes, periodistas, jugadores y hasta hinchas.

La pregunta es inevitable, ¿cómo es posible que estas personas llegaran al fútbol de élite? y bueno, el caso más reconocido es el del brasileño, Carlos Henrique Raposo. El ‘Káiser’ de la estafa futbolística.

Catalogado por sus ‘compañeros’ como un “enemigo del fútbol”. Raposo entró al fútbol gracias a la vida nocturna. En las discotecas de Río de Janeiro conoció a figuras de la talla de Renato Gaúcho, Romario, Ricardo Rocha, Edmundo y Bebeto, de quienes se hizo amigo, siendo ese su boleto a la actividad profesional. Durante 20 años recorrió 15 clubes aproximadamente, su primer contrato fue en Botafogo, con 23 años, gracias a la recomendación de su amigo, Mauricio, un histórico del ‘Fogao’.

Pasó después por el Flamengo, Bangú, Fluminense, Vasco da Gama, América, Puebla de México, Independiente de Argentina, El Paso de Estados Unidos y Gazélec Ajaccio de Francia, con el detalle de no sumar ni un minuto en cancha. ¿Cómo se mantuvo?

En los entrenamientos hablaba con sus compañeros para recibir una patada y salir como lesionado. Así, a lo largo de 20 años. Durante un partido en su estancia en el Bangú, el técnico iba a darle ingreso, pero golpeó a un hincha -por insultar al DT- y así evitó su ingreso. El ‘Káiser’ habló con el técnico de que no podía permitir que lo insulten de tal forma. Aquel estratega le renovó un año más de contrato.

Por inverosímil que parezca, todo esto fue real. Al ser el deporte más famoso del mundo, deja claro que todo es posible. Hay hasta futbolistas varones que defendieron una selección femenina en Irán, que para colmo, ¡jugaba bien!

Medi Abalimba: el estafador sin suerte

A diferencia de otros casos, en este sí trataremos de un futbolista. Medi Abalimba, originario del Congo, labró su carrera en el balompié francés e inglés, desde el 2009 hasta el 2014, pero sus deplorables condiciones hicieron que se desarrollara sin fortuna.

En 2014, cuando el congoleño Gael Kakuta vistió la camiseta del Chelsea inglés, Abalimba vio una oportunidad de oro para ser parte del club londinense.

El protagonista de este caso se hizo pasar por el futbolista del Chelsea en fiestas, restaurantes famosos, hoteles de lujos, gastando una cantidad aproximada a los $ 210.000.

Luego de que el fraude fue creciendo, la seguridad en Londres se intensificó hasta que el supuesto futbolista llegó a su destino: prisión. A la que se lo condenó por cuatro años (saldrá el año entrante).

Una de sus técnicas era la famosa: “Voy a ver mi billetera a mi limusina, ya vuelvo”.

Alí Dia

Llegó al Southampton en 1996 como una recomendación de ‘su primo’, el entonces mejor jugador del planeta George Weah (en realidad fue su mánager). Obviamente todo resultó ser una farsa y cuando el futbolista debutó, ya que fue a la convocatoria en un juego contra el Leeds United, su forma de correr, controlar el balón y dar los pases ralló en lo cómico. Al día siguiente desapareció y no regresó al club inglés.

Alieu Darbo

Nacido en Suecia y famoso gracias a sus cuantiosas indemnización, provocadas al ser expulsado de los clubes. Su primera víctima fue el Crotone italiano, que le dio la dorsal ‘10’ y un contrato de tres años. Pero días después, fichó por el club sueco, Landskrona BoIs. La excusa: dejó Italia por los insultos racistas. También fue al PAOK griego, gracias a una ‘recomendación’ del Borussia Dortmund. También pasó por el Dinamo Zagreb.

Miguel Iborra

En 2013, con solo 20 años, este español viajó hacia Francia por su entonces enamorada. En París, encontró la amistad de Marcos Ceará, entonces capitán del PSG, quien lo invitaría a entrenar en el primer equipo del club parisino. Iborra empezó a encender las redes sociales al presentarse como un futbolista del club francés, situación que lo perjudicó en su afán de hacerse de una carrera de futbolista en el futuro.