Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

La corrupcion del PP complica a Mariano Rajoy

Los escándalos de corrupción en cadena dentro del partido conservador español complican todavía más los intentos del jefe de gobierno, Mariano Rajoy, de mantenerse en el poder, justo cuando el rey inicia su segunda ronda de contactos para encontrar un candidato.

El Partido Popular de Rajoy “empieza a tener más gente defendiéndose en el banquillo que trabajando en los gobiernos”, ironizaba ayer el columnista Manuel Jabois en El País.

Más allá de la hipérbole, hace diez días que las investigaciones por corrupción alrededor de miembros del PP copan las portadas del país, mientras Rajoy busca sin éxito alianzas para liderar de nuevo el país tras las elecciones legislativas del 20 de diciembre.

El martes, la guardia civil detuvo a 24 personas, entre ellas al expresidente regional del PP en Valencia y otros dirigentes de la formación, y registró varios locales del partido en una investigación por el cobro de comisiones a cambio de adjudicaciones públicas en esta región del Levante mediterráneo, muy salpicada de corrupción.

El viernes, la vicepresidenta del gobierno anunció la dimisión de uno de sus colaboradores, presuntamente implicado en otra trama de cobro de comisiones para obtener contratos públicos.

Además, la próxima semana, el partido deberá explicar a un juez cómo y por qué se borró el contenido de los discos duros del ordenador de su extesorero, Luis Bárcenas, en prisión por malversación de fondos, antes de que la justicia pudiera acceder a él.

En 2013, el extesorero puso en serios aprietos al gobierno al asegurar la existencia durante dos décadas de una presunta contabilidad en negro dentro de la formación, con donaciones de grandes empresas que sirvieron para pagar sobresueldos a sus dirigentes, entre ellos al propio Mariano Rajoy.

Estos casos “no tienen por qué dificultar las negociaciones” para formar gobierno, aseguró Rajoy en una entrevista televisiva ayer.

Tras cuatro años en el gobierno, los escándalos de corrupción “nos han hecho mucho daño, pero hemos aprendido y esto en el futuro no se va a volver a producir”, aseguró.

Sin embargo, Rajoy, ganador de las legislativas con un escaso 28,9 % de los votos, encuentra problemas para tejer alianzas. Sin apoyos más allá de su partido, el viernes declinó el ofrecimiento del rey Felipe VI de someterse a una votación de investidura que se habría saldado con una contundente derrota.

El monarca reanudó ayer otra ronda de consultas para designar otro candidato a jefe de gobierno, que podría ser el líder socialista Pedro Sánchez, segundo en las elecciones y con el posible respaldo de varias formaciones de izquierda, entre ellos el partido antiausteridad Podemos.

Rajoy propone a los socialistas una gran coalición como en Alemania, afirmando que será mejor para el país que la alianza de izquierdas de PSOE-Podemos. Pero Pedro Sánchez, se queja el jefe de gobierno, se niega a reunirse con él.

“Si alguien piensa que presionando al PSOE va a conseguir que apoye al partido más corrupto de España para que siga gobernando, se equivoca”, declaró el senador socialista Óscar López.

Los últimos escándalos también entorpecen el reciente acercamiento de Rajoy al nuevo partido centrista Ciudadanos (40 diputados), que intenta mediar entre PP (123 escaños) y PSOE (89).

El malestar ciudadano ante los casos de corrupción en los dos grandes partidos favoreció la irrupción de Ciudadanos y Podemos en el Congreso.