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El correísmo, en su propio acto de contrición

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La noche del 11 de abril, Andrés Arauz salió a reconocer su derrota frente a Guillermo Lasso.Henry Lapo / EXPRESO

Un golpe. La Revolución Ciudadana, el correísmo, Unión por la Esperanza, tres nombres con los mismos rostros que ahora comparten el amargo sabor de la derrota que no habían experimentado nunca. Acostumbrados a ganar en elecciones presidenciales desde el 2006, la tendencia política liderada por el expresidente Rafael Correa evalúa, replantea y algunas de sus voces hablan incluso de reinventarse ante la respuesta de los votantes que en esta ocasión les dijeron ‘no’.

Y ese ejercicio empieza por reconocer en lo que se falló. Aquí las lecturas son variadas. El exmandatario y líder de UNES, en una reciente entrevista con la agencia EFE, encontró justificaciones en factores externos y no casa adentro. “(Teníamos) Al Consejo Nacional Electoral fastidiando, la Fiscalía investigando a nuestros aportantes, contralores, (teníamos) en contra a todos los medios de comunicación... al Estado, no solo al Gobierno”.

Rafael Correa

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Los resultados para el correísmo suponen una revisión de estrategias y explican que el liderazgo no se endosa.

Flavia Freidenberg,
​Red de politólogas

Marcela Aguiñaga, asambleísta de la Revolución Ciudadana, va más allá. Concuerda con el discurso del expresidente Correa en cuanto al peso de los factores externos, pero también mira al interior. “Quizás no conectamos con los intereses de los ciudadanos, en especial de ese 40 % del padrón electoral de jóvenes que hoy tienen otros intereses. Que solo conocen a la Revolución Ciudadana y no tienen noción del Ecuador de los años 80... Renovar la forma de comunicarnos. Una más ágil y más líquida”.

No solo eso. La legisladora cree que los votantes están cansados de la confrontación entre los políticos. “Hay que avanzar. Más allá de los ricos, pobres, buenos, malos, honestos y deshonestos. Las familias tienen graves problemas... Hay que cambiar el discurso hacia los intereses de la ciudadanía, que está harta de los conflictos entre políticos, y eso es evidente en este resultado electoral”.

Aceptamos que cometimos errores. Vamos a revisarlos, sobre todo lo que pasó en la Sierra y la Amazonía.

Víctor Medina,
​coordinador de UNES en Guayas

Un discurso hostil de ambos lados que en el correísmo tuvo entre sus principales voceros al expresidente Correa. Víctor Medina, asambleísta nacional alterno electo y coordinador de UNES en Guayas, no considera que las reacciones de Correa hayan afectado la candidatura de Andrés Arauz. Cree que cometieron el error de dejarse marcar la cancha y entrar en ese juego. “Algunos actores políticos, entre ellos Rafael, prácticamente entraron en ese juego. Probablemente esa era la intención y cometimos ese error”.

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Y una primera conclusión de la lectura de los resultados empuja a esta tendencia a impulsar una renovación de cuadros, adelanta Aguiñaga. Nuevos rostros, entre los que ya aparecen el mismo Arauz y otros que asumirán como legisladores en la próxima Asamblea, comenzarán a posicionarse. Y en este ejercicio de cambio, ¿habrá espacio para rostros no tan nuevos: Rafael Correa, Ricardo Patiño, los hermanos Alvarado y otros? A decir de Medina, la experiencia que aportan estos personajes no debe excluirse. Es más, sería un grave error creer que este proceso de renovación significa dejar de lado voces como las de Correa y otros. “Reconocemos que la experiencia no es un accidente. Cuesta mucho y sobre todo en un traspié como este... No debemos renunciar a nuestro líder histórico. Abandonar el liderazgo de Rafael sería un error. Debemos avanzar a un relevo generacional de la mano de la experiencia”.

Quizás no conectamos con el interés de los ciudadanos, en especial ese 40 % de jóvenes.

Marcela Aguiñaga,
​asambleísta de la Revolución Ciudadana

Flavia Freidenberg, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de México y coordinadora de la Red de Politólogas, concluye que los resultados del 11 de abril suponen para el correísmo una revisión de sus estrategias pero, en particular, explican que los liderazgos no se pueden endosar. “No es cierto que un líder pueda esperar que otra persona le reemplace. El carisma no se endosa. Tampoco el liderazgo, ni las ideas. El costo de esta derrota supondrá un realineamiento interno en el movimiento; una revisión de qué ocurrió y cómo ocurrió pero, en particular, la discusión respecto a quién o quiénes son los herederos naturales del correísmo”.

2006: la aparición

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Un carismático y sonriente exministro de Finanzas del Gobierno del entonces presidente Alfredo Palacio apareció en la palestra electoral. Rafael Correa, con una organización política naciente, incurrió en el tablero y sorprendió con su participación llegando en segundo lugar en la primera vuelta, superado por el entonces candidato presidencial Álvaro Noboa. Ya en la segunda vuelta superó al empresario y se alzó con la Presidencia de la República.

2009: en una vuelta

El entonces presidente Rafael Correa impulsó la redacción de una nueva Constitución que, en un borrón y cuenta nueva, ordenó ir a las urnas para la elección de todas las autoridades elegidas por el voto popular, incluido el presidente de la República. Volvió a lanzarse y en esa ocasión no hubo necesidad de una segunda vuelta. Correa se convirtió así en el primer jefe de Estado en ser electo en una sola vuelta. Obtuvo más del 50 % de los votos válidos.

2021: el amargo “traspié”

De los multitudinarios mítines a las sillas vacías. Una postal que no se veía antes al cierre del día de la votación en la sede de campaña de los aspirantes apoyados por el correísmo en una elección presidencial. El candidato de la alianza Unión por la Esperanza, Andrés Arauz, salió ante los medios de comunicación y simpatizantes a reconocer la derrota, a la que calificó como un traspié.