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Internos envían estas fotografías a sus familiares para denunciar que supuestamente hay internos que no reciben atención médica.Cortesía

Coronavirus: Las muertes rondan por la Penitenciaria

Un recluso filmó, detrás de unas rejas del Centro de Rehabilitación Social de Varones No. 1 de Guayaquil, cómo ingresaban dos cadáveres a un vehículo de Medicina Legal, el pasado martes 24 de marzo.

“Ñaño, otro muerto en el penal, no se sabe si es por coronavirus...”, se escucha la voz temerosa de un privado de la libertad (PPL), mientras graba un video. El recluso filmó, detrás de unas rejas del Centro de Rehabilitación Social de Varones No. 1 de Guayaquil, cómo ingresaban dos cadáveres a un vehículo de Medicina Legal, el pasado martes 24 de marzo.

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Efectivamente, estos vehículos y los de Criminalística de la Policía Nacional entraron a la más conocida como ‘Peni’, confirma Orlando Jácome, subdirector técnico de Rehabilitación Social, pero no por muertes por COVID-19.

“El video fue filmado el martes en momentos en que Criminalística se acerca a retirar dos cuerpos, uno por sobredosis y otro por tuberculosis. El video lo divulgan a redes sociales el miércoles 25 en la noche”, precisa.

El funcionario afirma que desde que empezó la emergencia sanitaria en el país han fallecido cinco internos. El día en el que se grabó aquel video, dos personas murieron y, el pasado jueves 23 de marzo, tres más dejaron de existir, dos por tuberculosis y uno por hemorragia interna. Esto, asume, alertó a los internos, quienes pensaron que se trataría de casos de coronavirus en el interior del centro.

“Es una mentira, una farsa que hayan casos de coronavirus en el interior de los centros. Hasta el momento no se ha reportado ninguno”, dice. Esto, mientras en los familiares de los PPL crece la incertidumbre por los mensajes que les llegan de sus parientes, con quienes tienen acceso limitado por la emergencia sanitaria. Asegura también tener los certificados de defunción de dichos privados de la libertad.

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Autoridades confirman que hay varios reclusos enfermos, pero no precisamente de coronavirus.Cortesía

Susana (nombre protegido) está aterrada. Un pariente cumple una pena en el lugar y, desde hace días empezó a recibir mensajes de texto del interno: “Un hombre cayó muerto al lado mío”. “Aquí en la cárcel hay gente infectada, enferma”. “No hay nadie tomando pruebas de COVID-19, o lo están escondiendo”. Todos estos mensajes, según la guayaquileña, escritos por su pariente desde celulares clandestinos que pasan de mano en mano.

Según el PPL, les preocupa la salud de varios compañeros, que presentan síntomas como fiebre, malestar corporal, lipofibromas, tos... Lo que les hace presumir que el virus estaría dentro del centro carcelario. Jácome lo descarta, pero reconoce que sí hay varios reclusos enfermos, sobre todo de tuberculosos. “Pero ellos están en un solo pabellón, donde hay personal médico que los atiende exclusivamente”, precisa.

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Lo que le asusta a Susana es que no les estén dando información precisa sobre las condiciones y prestaciones de salud que están recibiendo los reos. Con cada mensaje de su pariente siente más incertidumbre. “Esto es grave. Estamos abandonados. Aquí no hay doctores. No hay pruebas. La gente está colapsando, desmayada. Al lado mío, entre nosotros hay gente enferma con fiebre. Por favor, no me dejen morir”, le suplica el familiar.

De acuerdo a lo que le detalla, dentro de la institución solo hay un médico para revisarlos. Además, estarían carentes de insumos como alcohol, mascarillas, gel, jabón, detergente o cloro. Dice que tampoco hay medicinas, como paracetamol.

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Las instalaciones son desinfectadas como prevención.Cortesía

El testimonio de Susana se repite en la voz de Magdalena (nombre protegido). Su hijo cree que las autoridades están mintiendo. “Mamá, aquí la gente está volando en fiebre y eso no es normal. Nos hacen falta médicos. Aquí entran a diario funcionarios, policías, guías, cocineros y quién quita que ellos hayan traído el virus...”, cuenta el joven a través de un audio en WhatsApp.

Jácome lo desmiente. Precisa que, justo para evitar que haya más contactos de los necesarios con los más de 10 mil PPL que tiene la penitenciaria, se ha asignado a ‘voceros de salud’, que son quienes informan sobre el estado de los internos que presenten afecciones. Estos, luego son derivados hasta el policlínico con el que cuenta el centro.

“Las mascarillas y guantes deben ser usados especialmente por quienes presenten síntomas del COVID-19. Nosotros como Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador (SNAI) hemos dotado de gel, alcohol, cloro, mascarillas, guantes, gafas para los agentes de seguridad penitenciaria, quienes son los más expuestos por estar en los puntos de control. Se está efectuando la desinfección de pabellones y celdas”.

Reconoce que, como consecuencia de la limitación que hay en las visitas, lo que sí pueda aumentar son los casos de síndrome de abstinencia, puesto a que los allegados se ingeniaban para ingresar sustancias ilegales al lugar, ubicado en el kilómetro 16,6 de la vía a Daule.

“El contagio sería nefasto”

El epidemiólogo Luis Triviño describe como nefasto a un posible contagio dentro de la Penitenciaría del Litoral. Esto, porque el COVID-19 es altamente contagioso y el hacinamiento en el lugar haría que se propague con mayor rapidez.

Además, combatir la sintomatología de los privados de la libertad sería complicado porque no hay capacidad hospitalaria, pues apenas hay un policlínico que no abastecería para los más de 10 mil internos.

Destaca que, al haber casos de personas con tuberculosis dentro de la penitenciaría, su situación se agrava porque ellos tienen un sistema inmunológico deprimido.

Triviño resaltó las medidas que están tomando para evitar los contagios, como el de asignar a un vocero para que informe a los guías sobre la salud de sus compañeros y así evitar el menor contacto con ellos. Pero, además, sugiere que ya se asigne un área donde se destine a las personas que presenten síntomas febriles.