Autoridades de la Universidad de Guayaquil constataron los daños causados tras la explosión, la mañana de este viernes. (Martha Torres / Expreso)

Controles en la Universidad de Guayaquil se intensifican tras la explosion

El vicepresidente, Otto Sonenholzner, constató daños en el edificio del rectorado. Prometió apoyo a la Comisión Interventora de la institución.

Ventanales rotos, vidrios esparcidos y un orificio en una alcantarilla. Ese es el panorama de este viernes 23 de agosto en el edificio administrativo de la Universidad se Guayaquil —donde funciona la oficina del rectorado— tras la detonación de un nuevo artefacto explosivo, la noche del jueves.

Se trata de la sexta explosión que se registra este año en los predios de este centro de estudios, sin que hasta ahora se conozca a los responsables. El vicepresidente, Otto Sonenholzner, acudió esta mañana a sus instalaciones para conocer los daños causados.

El segundo mandatario señaló que estos hechos reflejan que la Universidad de Guayaquil ha estado en manos de gente mafiosa. “Los interventores están tocando intereses de gente peligrosa y tenemos que darles protección a ellos”, manifestó.

También informó que al centro de estudios se le ha asignado un presupuesto adicional de 30 millones de dólares para que afronte sus necesidades, entre ellas, el plan integral de seguridad.

Aseguró que los responsables de los atentados serán sancionados y que, además, se protegerá con más resguardo a los miembros de la Comisión Interventora para el Fortalecimiento Institucional (CIFI) de la Universidad de Guayaquil.

Al lugar también acudió Carlos Mera, comandante de la Policía, encargado de la zona 8 —Guayaquil, Durán y Samborondón— quien indicó que se han intensificado los controles en las entradas del centro de estudio.

Mera confirmó que el artefacto que explotó anoche es el mismo material explosivo usado en los anteriores atentados.

Aseguró que hay indicios de quienes estarían tras los ataques, pero no mencionó nombres alegando que la investigación sigue en marcha.

Al momento, un piquete de 50 uniformados recorren la ciudadela universitaria. Lo hacen a pie y en bicicletas.

Las clases no han sido suspendidas, pero los docentes y estudiantes están preocupados por la inseguridad que reina en el campus universitario.

“¿Hasta cuándo vamos a vivir con este temor?, ¿por qué no nos brindan seguridad a los estudiantes?, ¿qué están esperando, que haya algún muerto para tomar acciones?”, son las preguntas que se hace la comunidad universitaria.