El contrabando es la fuente de trabajo de muchos lojanos

El contrabando es la fuente de trabajo de muchos lojanos

Es feriado. Los Niches y Constelación Vallenata bajaron de Colombia a Loja para animar la fiesta que organizó el cantón Zapotillo. El pueblo disfruta por un lado y por otro, el contrabando intenta hacer de las suyas.

Es feriado. Los Niches y Constelación Vallenata bajaron de Colombia a Loja para animar la fiesta que organizó el cantón Zapotillo. El pueblo disfruta por un lado y por otro, el contrabando intenta hacer de las suyas.

No importa el carnaval. El contrabando no descansa en esta zona fronteriza de Loja. Lo corroboran los 1.500 sacos de arroz y 4.000 sacos de cebolla que halló la policía el mes pasado en un operativo, en el que además se encontró a 25 personas de nacionalidad peruana en aparente estado de esclavitud y condiciones precarias.

A solo 15 minutos, en taxis que se toman desde el centro de Zapotillo, está una de las zonas más resguardadas, el puente internacional de Lalamor, que une a Ecuador con Perú.

Allí la tensión que se respira en el ambiente no pasa desapercibida. Hay militares y algunos funcionarios de la Aduana vigilantes a cualquier movimiento irregular. También se avizoran algunas motos con conductores nacidos en el país vecino, que intentan ocultar sus nervios al ver a EXPRESO.

Uno de ellos suelta a manera de confesión: “El trabajo está duro desde que los militares están acá”. Al referirse al trabajo, quiere decir contrabando.

“Lastimosamente, mucha gente que vive acá (en esa zona de Loja) está acostumbrada a trabajar en esto”, reconoce en el caserío de Miraflores, ubicado frente al puente de Lalamor, un militar encargado de la tropa de turno en carnaval.

No está tan alejado de la realidad. Luis, un lojano contrabandista que pidió que su apellido no sea publicado, cuenta que ha ingresado al país arroz en varias ocasiones. “Si llevaba 1.000 quintales, me pagaban por cada uno diez centavos, aparte de lo del flete”, recuerda. Explica también que antes de que se intensifique la seguridad en la frontera, los viajes podían ser hasta tres a la semana.

Al país ingresa, además de cebolla y arroz, maíz y productos de ganadería y frutas. En Zapotillo, los más afectados son los agricultores, un grupo al que pertenece Juan Cabrera, de 60 años. Él recuerda que en julio del año pasado vendió cada quintal de cebolla a $ 38, pero ahora los deja en $ 10, un valor que comparado con los $ 4 que piden los peruanos contrabandistas en la frontera, obviamente les deja pérdidas. Según este dueño de finca, los contrabandistas tienen que pagar $ 3 por quintal a los encargados de “cruzar” al Ecuador.

Cabrera, cuya finca tiene 20 hectáreas, explica que el problema es tan global, que incluso los propietarios de los terrenos caen en el negocio del contrabando. Es decir, ingresan a sus lotes productos peruanos y los sacan de allí “como si fueran sembrados en Ecuador”.

Marcelo Esparza es el director distrital de la Senae en Loja y está al tanto de que el contrabando es una fuente de trabajo. Los mismos lojanos se lo confirmaron en varias reuniones. “¿De qué más vamos a vivir?, me dijeron”, dice el funcionario con tono incrédulo, pese a que asegura que ya trabaja en generar conciencia en los ciudadanos junto con las carteras competentes, a través de programas que incentivan las asociaciones entre agricultores, para que desde la producción se ejerza un autocontrol.

A pesar de que los controles se intensificaron, no es difícil ingresar al país con productos peruanos. Este Diario pudo corroborar que, sin mayores complicaciones, se encuentra al personal dispuesto a ganarse unos dólares a cambio de hacer posible el cruce de productos.

Las camionetas que hacen fletes cubren los sacos de cebolla desde Perú con una lona y las trasladan a Loja para su comercialización. “Ese modo, al por menor, se lo conoce como ‘modo hormiga’ y también es ilícito”, asegura Esparza.

EXPRESO solo visitó el paso del puente internacional Lalamor. El director distrital del Senae explica que hay otras zonas críticas que están siendo resguardadas 24 horas al día, menciona La Tamayo, Miraflores, Mayas y Ornillos.

Con patrullajes en conjunto con el Ejército y la Policía, asegura que existe una mayor presencia institucional. Sin embargo, la lucha continúa...