Un continente tragico

Mientras el impulsivo presidente gringo Donald Trump quiere sacar como sea a los migrantes latinos de su país, con la construcción de un muro en la frontera con México -emulando a los antiguos chinos con sus agresivos vecinos mongoles- para impedir la hasta ahora incontenible filtración de miles de desesperadas personas que huyen de la miseria y de la violencia de sus países, al sur del río Grande vienen ocurriendo situaciones conflictivas dentro de un variado acontecer político que de cierta manera nos entrampa en el intento de desplazarnos hacia un futuro más digno. Y crea la preocupación de que el mal se siga extendiendo, ante tan negativos ejemplos, a otros países que aún no sufren tales desgracias.

Uno de los causantes de esta explosión de corrupción que ha hecho volar en el aire del desprestigio a tantos líderes y exmandatarios ha sido sin duda la poderosa empresa brasileña Odebrecht, cuyas coimas se regaron por un gran número de países, demostrándose que la voluntad de los políticos es muy débil para mantener su inocencia y que tiene razón el viejo adagio popular que dice que “en arca abierta hasta el justo peca”. Mas, no es que estén pagando también justos por pecadores sino que la torta del reparto fue tan apetecible que hasta los más serios en apariencia se dejaron vencer por el demonio mefistofélico de la tentación. En Perú una suma de expresidentes han sido procesados por este “affaire” y hasta PPK abandonó la presidencia a 20 semanas de haberla asumido. En Venezuela, además de la tremenda crisis causada por la falta de empleo, alimentación, medicinas y libertad (provocando la fuga de cientos de miles de venezolanos a otros países), el presidente Maduro, que maniobra para reelegirse, también aparece como beneficiario de los brasileños, junto a sus compañeros chavistas. En Brasil, Lula ha ido a parar a la cárcel cuando trataba de ser, con apoyo mayoritario, nuevamente el mandatario del país de la samba. Y en nuestro Ecuador del alma, también el pago “por lo bajo” para la firma de cuantiosos contratos públicos mandó a la cárcel al “vice” Glas y quedan casos por juzgar. Y todo esto sin mencionar la terrible plaga del totalitarismo que también ensombrece a la región. Atentos a Nicaragua.