Construcción liviana una opción de vivienda segura

Construccion liviana una opcion de vivienda segura

La construcción liviana se abre camino en el mundo y luego del 16 de abril pasado, estos sistemas están siendo promocionados en el Ecuador

La construcción liviana se abre camino en el mundo y luego del 16 de abril pasado, estos sistemas están siendo promocionados en el Ecuador casi con la misma vehemencia del terremoto de ese día. Sus promotores destacan que se trata de estructuras con una mejor respuesta sísmica y que son ideales para la reconstrucción de las zonas devastadas.

Ahorros en mano de obra, rapidez en su instalación, excelente desempeño térmico y acústico, son solo ventajas adicionales de sistemas constructivos como el Steel Framing y el Drywall. El primero, que al español podría traducirse como “estructuras de acero”, está basado en un entramado de perfiles de este material galvanizado. El drywall (paredes en seco) utiliza materiales como yeso, cemento y fibrocemento, soportados sobre una estructura metálica. Ambos sistemas son secos, limpios, es decir que no necesitan mezclas de agua, arena y cemento y tienen una versatilidad superior al proceso usual de construcción.

En estos días, al país están llegando expertos en este tipo de estructuras, con el fin de concienciar sobre sus ventajas y usos. Uno de los visitantes es el arquitecto colombiano Carlos Martínez Lema, especializado en construcción liviana en seco, quien dice que esta “resulta ideal para las labores de reconstrucción y también para que las construcciones nuevas no vayan a sufrir con futuros movimientos sísmicos”.

A Martínez lo trae el Grupo Eternit, que ofrece las ‘Eterboard’ unos paneles de fibrocemento que son clave en la construcción liviana. Estas placas son hechas con cemento, sílice, fibras naturales y aditivos que, mediante un proceso de autoclavado, se someten a altas presiones y temperaturas para dar un producto con un alto nivel de estabilidad dimensional.

Chip McGraw, gerente regional de la empresa Framecad, con matriz en Nueva Zelandia, habló esta semana en Quito sobre las ventajas de la construcción con prefabricados y acero reciclado. Las viviendas, dijo, tienen una vida milenaria.

Con más de 25 años trabajando en 65 países con el sistema Light Steel Framing, esta empresa ofrece hoy contribuir a la reconstrucción de Manabí y Esmeraldas.

Pero estos expertos no vienen a tierras vírgenes en cuanto a sistemas constructivos innovadores. Las viviendas de algunas urbanizaciones en las principales ciudades del país ya se vienen construyendo con procesos industrializados y prefabricados, que logran ahorros en tiempo, mano de obra y ofrecen seguridad estructural.

Uno de estos productos es Casa Lista, de Mutualista Pichincha, el cual se basa en un sistema modular prefabricado que puede producir, además de viviendas, aulas, albergues y otro tipo de edificaciones.

También hay edificaciones con paneles de espuma que además de construirse rápido, son térmicas y acústicas. En la última década el Estado ha construido viviendas, retenes policiales, escuelas y otras edificaciones en base a ellos.

La empresa Multigeo, ofrece un tipo de construcción no necesariamente liviano, “pero que garantiza seguridad” frente a cualquier evento natural. Son las llamadas casas Boonker, que superan las normas de calidad exigidas en el país, dice Rodolfo Benítez, gerente general de esta firma. “Este sistema tiene una alta sismorresistencia gracias a sus paredes de bloques de hormigón con multicolumnetas, que hacen que trabaje como una estructura monolítica, es decir que la fuerza de la estructura proviene de la cohesión de sus elementos”.

Ante esta variada oferta de sistemas nuevos de edificación, ¿estamos asistiendo a la muerte de las construcciones tradicionales de hormigón armado?

Constructores locales como Urbano Caicedo no lo creen así. El director de la Escuela de Ingeniería Civil de la UEES, dice que por muy ventajosos que sean estos sistemas novedosos, el ecuatoriano “es reacio” a aceptar algo distinto a las construcciones con bloques y morteros. Pero para Caicedo hay otro aspecto más importante: los sistemas prefabricados y de rápida instalación no necesitan de mucha mano de obra y en estos momentos -dice- lo que el país requiere es crear fuentes de empleo, especialmente en las zonas a reconstruirse.

Al respecto, las empresas que ofrecen trabajar con el Estado en estas obras responden que utilizarán mano de obra de las zonas afectadas, aunque aún no han dicho en qué proporción.