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El conflicto en Ucrania pone en jaque la ayuda humanitaria en el mundo

Actualmente, la invasión rusa de Ucrania afecta a unos 18 millones de personas.

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Fotografía del 9 de marzo de 2022 que muestra al el presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC), Francesco Rocca, durante entrevista con Efe en Bogotá (Colombia).efe

Si nada cambia, la guerra en Ucrania se convertirá "en la mayor crisis humanitaria en Europa después de la Segunda Guerra Mundial", poniendo en peligro además de la vida de millones de personas la ayuda humanitaria a otros países, afirma el presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC), Francesco Rocca.

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"Si ayudamos más en una crisis habrá menos recursos para otras crisis, y los que van a pagar las consecuencias son como siempre los menos preparados para hacer frente a los desafíos", alerta en una entrevista con Efe Rocca, quien está en Bogotá para una reunión interamericana del organismo.

Actualmente, la invasión rusa de Ucrania afecta a unos 18 millones de personas -casi un tercio de la población del país- de los cuales dos millones son refugiados que han huido de los bombardeos mientras Europa se prepara para una crisis humanitaria que no preveía.

Rocca, abogado italiano y presidente del IFRC desde 2017, insiste en el llamado a establecer corredores humanitarios para la evacuación de civiles y el transporte de bienes a Ucrania y alerta sobre la necesidad de que los líderes políticos tomen decisiones para revertir la situación.

Pregunta: ¿Qué impacto tendrá el conflicto en Ucrania en otras crisis humanitarias?

Respuesta: Cuando se trata de recursos, estos no duran para siempre, así que si ayudamos más en una crisis habrá menos recursos para otras, y los que van a pagar las consecuencias son, como siempre, los menos preparados para hacer frente a los desafíos.

El presupuesto de los donantes y de las familias que normalmente apoyan a la Cruz Roja o a otras organizaciones humanitarias no es ilimitado, así que, por supuesto, alguien pagará el precio de esto, a menos que los líderes políticos encuentren soluciones.

P: ¿Estaban preparados para una crisis de esta magnitud?

R: Siempre hablamos de preparación y de estar preparados, pero cuando empieza algo como lo que está pasando en Ucrania nadie está realmente preparado. Como nadie, por ejemplo, estaba preparado para la covid-19 o las grandes catástrofes que está viviendo el mundo.

En países vecinos a Ucrania -Moldavia, Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumanía-, los voluntarios trabajan las 24 horas del día recibiendo a los refugiados. Y aunque como organización no tenemos tanta experiencia en esa parte de Europa, lo están afrontando con la humanidad que nos acompaña en nuestro trabajo.

También la Cruz Roja rusa está trabajando en la frontera con los más de 200.000 desplazados procedentes de Ucrania y ya han instalado un centro de acogida. Lo mismo está ocurriendo en todas las sociedades nacionales de la Cruz Roja vecinas de Ucrania.

Otro de los grandes focos son los almacenes, que ya tenemos en Rumanía y estamos pensando en instalar en Polonia, para apoyar la cadena logística y facilitar la entrada de bienes a Ucrania, algo muy importante en un conflicto.

P: ¿Cuáles son sus principales focos de acción?

Apoyar a la gente en una situación muy difícil: a los que huyen de los bombardeos, a los que viven en los refugios, a todos. Para esto son necesarios los corredores humanitarios.

Cuando hablamos de los corredores humanitarios, por supuesto que lo primero que se piensa es en evacuar a los que quieren salir del país, pero tienen otro objetivo: llevar bienes y alimentos.

R: ¿Cuántos afectados hay por el momento?

Estamos hablando de 18 millones de personas -un tercio más o menos de la población ucraniana- afectada por el conflicto, y no todos ellos van a salir del país, por lo que debemos proporcionar todo lo necesario a los que se quedan.

Por eso solicitamos los corredores humanitarios a ambas partes, para permitir que la ayuda humanitaria entre y se pueda atender a las víctimas civiles del conflicto.

No obstante, dejamos las cifras a los gobiernos porque, desgraciadamente, se han convertido en un sistema de propaganda en un sentido u otro. Por eso nos ceñimos a los hechos: necesitamos corredores humanitarios.

P: ¿Qué está suponiendo para Europa una crisis de este calibre?

R: Creo que por fin, como europeos, entendemos lo que significa huir de las guerras y los conflictos. En Europa, antes del conflicto de Ucrania, cuando se trataba de refugiados y migrantes, estábamos muy polarizados y olvidábamos la dignidad de los seres humanos.

Cada Estado tiene derecho a proteger sus fronteras, pero cuando se trata de la dignidad de los seres humanos, todos somos iguales, no hay nacionalidad. Los seres humanos son seres humanos.

Los medios de comunicación también tienen un papel importante en esto; todo depende de cómo se cuenten las historias. Esto es importante porque ¿cuál es la diferencia entre alguien que está huyendo de Nigeria de la violencia de Boko Haram u otros lugares que están viviendo conflictos internos, viviendo bajo la presión de la violencia y las armas, y Ucrania? Ninguna.

Los medios de comunicación están jugando un papel importante en la construcción de la narrativa sobre lo que está sucediendo, explicando de qué está huyendo la gente. No encontrarás a ningún migrante que se alegre de abandonar sus raíces, se alegran porque huyen de la violencia, pero no porque huyan de sus hogares.

P: ¿Qué depara el futuro para Ucrania?

R: La situación es muy inestable, pero si sigue así será la mayor catástrofe después de la Segunda Guerra Mundial para Europa.

Aunque los seres humanos estamos dispuestos a apoyarnos unos a otros, especialmente en los momentos más oscuros, si hablamos de políticos y líderes, no estoy seguro de ello.