Es necesario que los choferes de los diferentes automotores que circulan por el país entiendan como algo básico y fundamental que conducir bajo los efectos del alcohol solo puede ocasionar desgracias y tragedias en la sociedad. Digo esto porque a pesar de todas las campañas educativas hechas al respecto por los organismos competentes (CTE y ATM) se mantiene un alto número de accidentes de tránsito en el Ecuador producidos la mayor parte por manejar en estado etílico. Las víctimas mortales que dejan a muchas familias destrozadas y desamparadas, se cuentan por centenares únicamente en el presente año que está por finalizar.

El impactante y conmovedor percance registrado en la vía a la provincia de Santa Elena, que cobró la vida de cuatro jóvenes que habían pasado momentos de diversión en Guayaquil, ha sido realmente aleccionador.

Ojalá que muchos conductores de carros y motocicletas que andan a exceso de velocidad tengan la precaución de no manejar por ningún motivo cuando hayan ingerido licor para evitar fatales desenlaces.

Los ciudadanos deberíamos reflexionar sobre el grave peligro que representa el consumo desmedido de bebidas alcohólicas (especialmente ahora que se acercan las fiestas de Navidad y Año Nuevo), porque incluso ha habido también penosos casos de peatones desorientados que han fallecido atropellados en determinadas calles y carreteras por encontrarse en cierto estado de ebriedad o con ‘unos tragos encima’.

Jhonny Muñoz