El compromiso de votar por encima de todo
Desde las 07:30, las brigadas móviles del Consejo Nacional Electoral (CNE), acompañadas por observadores internacionales y algunos nacionales, empezaron el operativo para llegar a las viviendas de 883 personas inscritas para estos comicios, a escala na
Lo hacen porque sienten que tienen un compromiso con el país. Las personas con más del 75 % de discapacidad votaron ayer como parte del proyecto denominado ‘Voto en casa’.
Desde las 07:30, las brigadas móviles del Consejo Nacional Electoral (CNE), acompañadas por observadores internacionales y algunos nacionales, empezaron el operativo para llegar a las viviendas de 883 personas inscritas para estos comicios, a escala nacional.
Las urnas y el material electoral, incluyendo las cinco papeletas impresas para esta elección, fueron embarcados en patrulleros de la policía, que fue la entidad encargada de custodiar y vigilar el normal desarrollo de la segunda jornada electoral. El proceso empezó el jueves, con el voto de las personas privadas de libertad.
Martha Ponce fue una de las primeras personas en votar en Quito. Con 65 años y una discapacidad del 84 %, a causa de una poliomielitis mal tratada en la infancia, esta madre de dos hijos contó que nunca dejó de acudir a las urnas.
Sin embargo, su traslado hacia el recinto electoral cada vez era más difícil. En 2014, necesitó la ayuda de varios familiares para asistir a sufragar. Ella pensó que esa sería la última votación de su vida. Ver llegar este viernes la urna a su casa la puso “nerviosa y feliz”, aseguró.
La inscripción de personas con discapacidad para que participen en estas elecciones empezó hace ocho meses. William Cadena, responsable de procesos electorales del CNE, explicó que partieron de una base de datos del Ministerio de Salud.
“Se revisó que cumplan los requisitos; es decir, que tengan el 75 % o más de discapacidad y que hayan cumplido 65 años. Luego los contactamos para preguntarles si querían participar de este beneficio. No todos dieron el sí”, comentó el técnico.
Quien no lo pensó dos veces fue Laura Vásquez, de 80 años. En cuanto supo que el CNE contactó a sus familiares autorizó que se inicie el trámite para ser tomada en cuenta. En su casa, su sufragio fue tomado como un gran evento al que asistieron varios seres queridos.
Su hija, Rocío Andrade, contó a EXPRESO que su madre no votaba desde 2013, cuando empezó a sufrir de mielitis transversa. El trastorno neurológico atacó el 80 % de su cuerpo y prácticamente la postró en una cama en cuestión de unos pocos meses.
“Ya no debería votar, desde hace varios años, pero a mí me gusta cumplir con el país y siempre he dicho que se trata de un acto patriótico. Ahora me quedo tranquila y contenta de que haya esta posibilidad”, dijo Laura tras recibir su certificado y diploma por haber sufragado.
Mauricio Tayupanta, vocal del CNE, reconoció que aunque se trabaja de forma progresiva para incluir a este segmento de la población, falta mucho por hacer para cubrir al mayor número de personas con discapacidad hábiles para votar.
El funcionario recordó que, además del voto en casa, para estos comicios se han implementado las mesas de atención preferente, la votación asistida y la elaboración de plantillas de votación en braille para los ciudadanos no videntes.