Eduardo Egas, presidente ejecutivo de Corpei dijo para EKOS que nuestro país tenía que desarrollar una política comercial exterior con urgencia, ya que, por tener un mercado interno muy pequeño, se ve obligado desesperadamente a buscar mercados externos para aumentar sus ventas y sobre todo para paliar los excesivos costos internos de producción. Esos problemas igual los tuvo Chile, solo que el país de la estrella solitaria lo vio claro desde 1973, cuando la economía chilena dio un vuelco notable en su estrategia de internacionalización y en 1976 nació la Fundación Chile, creada para mejorar la competitividad de los productos chilenos. Y Chile no se detuvo, tuvo gobiernos de ultraderecha, socialistas, de izquierda, de centro, tuvo muchas políticas, pero su política comercial está inalterable hace más de 45 años.

Mi siempre extrañado tutor, don Marcel Laniado de Wind, nos decía que está bien ser creativos, pero que las mejores soluciones ya están allí, en alguna parte del mundo, que lo que se espera es que aprendamos de esas soluciones y las mejoremos. Veámonos en el espejo de la nación chilena y analicemos a profundidad cómo hizo para tener más de treinta acuerdos comerciales con todos los bloques y mercados mundiales.

Hoy en nuestro país hay aires de optimismo. El ministro Pablo Campana anunció que se reanudaba el TIC con los Estados Unidos. Se aspira que ese comité de comercio una vez que empiece a funcionar sea un solucionador de cuellos de botella en un marco de diálogo respetuoso que nos lleve a un acuerdo comercial con el principal cliente de los productos ecuatorianos y quien mantiene una balanza comercial positiva con el país. También nos ilusiona que la Secretaría General de la Presidencia de la República anuncie que se implementará una estrategia de competitividad, luego de que esa palabra haya estado proscrita por la década pasada.

Un modelo, el chileno; una apertura importante, con los Estados Unidos; una promesa, mejorar la competitividad; una necesidad, construir una política comercial. Sostengamos la dolarización.