Práctica. Un grupo de comerciantes ejecuta un ejercicio de rescate.

Los comerciantes velan por banistas

Eran apenas vendedores, dueños de rústicas cabañas, carperos en una playa que aunque con bonito paisaje marino.

Eran apenas vendedores, dueños de rústicas cabañas, carperos en una playa que aunque con bonito paisaje marino, donde se avistan los grandes barcos mercantes que pasan muy cerca, estaba casi olvidada. Entonces era conocida como la poza.

En el 2010 el Municipio de Guayaquil construyó una infraestructura que levantó la autoestima de los 24 socios de Playa Varadero. Algo que los llevó a conformar un comité comunitario y a repensar el papel que les tocaba desempeñar.

Es por eso que se organizaron para proponerse también planes de contingencia. Desde la construcción de la obra vivieron un despunte turístico, especialmente los fines de semana y feriados.

Entonces la seguridad era lo primordial y decidieron capacitarse en primeros auxilios, salvamento y rescate.

Así se formó el grupo de los 36 comerciantes convertidos en brigadistas. También aprendieron seguridad contra incendio. Para esto recibieron apoyo del Municipio y de CARE Ecuador- Holanda.

“Aunque sabía nadar, nunca pensé ser brigadista y cuidar de los turistas que son la base de nuestro sustento”, dice Ismael Ramos, que de hecho ya ha tenido varios rescates con éxito.

“Ahora contamos con linternas, camillas, chalecos, uniformes e inmovilizadores, megáfonos... Quisiéramos tener una moto acuática, para que nuestra labor sea más efectiva”, dice Ramos, que antes recogía larvas de camarón.

Así, desde hace dos años, los servidores turísticos son los guardianes de la seguridad de los bañistas que arriban a sus playas los fines de semana.