Comenzar la austeridad hoy

Aunque en las cifras oficiales se insiste en que estamos saliendo de la recesión, organismos que merecen la credibilidad del Gobierno como la Cepal, no ven el panorama económico de modo tan optimista y, aunque atenuado, el efecto de la crisis se continuará sintiendo todo el presente año.

Por supuesto, y más todavía por razones político-electorales, desde las altas esferas se lo seguirá negando, atribuyendo que se insista en señalarlo a maniobras desesperadas de la oposición “a la que ya nadie le cree”.

Por supuesto, es obvio que el Gobierno propicie una visión optimista de la actual situación y también porque en su gestión, que califica vanidosamente de extraordinaria (evidentemente es extra-ordinaria) le ha metido la mano a cuanto fondo se le ha puesto cerca y entonces no ha sentido tan directamente la magnitud de la crisis. También ha incentivado las recaudaciones con la creación de nuevos impuestos.

Sin respetar autonomías o dineros ajenos, ha desconocido deudas y para mejorar la financiación del presupuesto ha contratado créditos o ha emitido bonos con altas tasas de interés y después... el que venga atrás que arree.

En síntesis, no va a ser posible manejar lo que viene si no se logra una gran unidad nacional que permita conseguir los acuerdos que hacen falta.

El miedo ha mantenido represadas muchas reclamaciones que, con certeza, van a aflorar en el nuevo gobierno y, como compensación a muchas cobardías actuales, algunos van a estar machísimos en defensa de sus derechos. Y está bien. Esa debe ser la actitud de siempre. Hay que defender los derechos al tiempo que se cumple con los deberes. Un deber en el que se está fallando es la defensa de los recursos de la seguridad social. Tener que tomar fondos de otras partidas para financiar pensiones puede ser legalmente posible pero establece una peligrosa vulnerabilidad institucional que debería evitarse. De momento el IESS ha concedido prestamos que solo están respaldados en papeles que, de inmediato, no podrían honrarse. No digo más para no ser acusado de estar propiciando un pánico financiero pero, cabe frenar el drenaje.

huertaf@granasa.com.ec