Mercado. El local de don Paco, en Las Malvinas, al sur de Guayaquil.

El clima encarece el alimento en los mercados de Guayaquil

96.601 metros de vías afectadas en el país por el invierno. La mayoría son de Guayas y Bolívar. La variable principal que se investiga (para llegar a ella) es el precio del comprador, para los 359 productos de la canasta fija de investigación.

El clima se ha confabulado en contra de los consumidores guayaquileños. No solo la interrupción de las vías encarece los precios, también las lluvias provocan daños a los alimentos que llegan desde varias zonas del país, en especial desde la Sierra.

El resultado: un alza anual del 1,52 % de los precios en los mercados guayaquileños. En un año el precio de la canasta familiar comprada en Guayaquil pasó de 668,35 dólares a 726,25. Representan 57,9 dólares más.

Ello implica tener que pagar más, pero el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) siempre ha resaltado que uniendo el sueldo de dos miembros de una familia se puede comprar casi toda la canasta: un 98 %. Aunque la percepción en los mercados guayaquileños es otra.

La sensación es que las familias deben recortar el número de productos que compran, gastando más. De tal manera que los compradores, consultados ayer por este medio, pidieron que el INEC también presente las cifras cuando trabaja una sola persona en el hogar. Un ejemplo es Cecilia Núñez, ama de casa, quien compra en uno de los principales mercados del sur de la ciudad, la Caraguay.

Núñez dijo a Diario EXPRESO que el cálculo que hace el INEC olvida que hay familias donde un solo miembro labora; los otros son parte del grupo de los desempleados o son los que trabajan en el sector informal. Es un punto de vista compartido por varias amas de casa, como Pepita Gutiérrez, quien ha optado por no comprar lo que está demasiado caro. Pero aun así no le alcanza para preparar sopa y un segundo plato para el almuerzo. “Cuando se come el uno, no hay para el otro. Trato de hacer desayuno, almuerzo y merienda para cuatro personas con seis dólares diarios. A diario pienso qué cocino hoy con dos dólares”, manifestó.

La canasta está más cara y uno de los productos que se han encarecido es la cebolla: el precio se ha duplicado en tres meses, ahora cuesta 70 dólares, según los comerciantes del mercado Sauces 9. Así la afectación no solo se siente en el presupuesto familiar, sino también en los ingresos de los negocios. Los vendedores estiman que ganan $ 3 por cada saco de cebolla que logran vender. La libra para el cliente final está entre 0,60 y 0,80 dólares. La reducción en las utilidades se da porque no se puede vender toda la cebolla, algunas vienen dañadas por la humedad, indicó Iván Asencio, quien lleva 35 años como comerciante en los mercados municipales.

Asencio agregó que los fines de semana invierte $ 700 en legumbres, “pero a veces no se logra vender todo y entonces toca rematarlas, para recuperar la inversión, aunque no quede ganancia”.

El brócoli es otro producto con precios altos: cuesta $ 0,80 una unidad. El saco de zanahorias que antes se podía comprar en el mercado de mayoristas Montebello a $ 4, en estos días está a $ 7,50.

La situación a nivel nacional también indica un alza de precios. La inflación mensual en marzo fue del 0,14 %, según el INEC. El reporte concuerda con el drama de los comerciantes de los mercados, que deben recuperar lo perdido elevando los precios, en especial de los productos agrícolas: cebollas, cilantro, habas, mora, papa o tomate riñón.

En un año (de marzo de 2016 a marzo de 2017) la canasta básica subió $ 28,3. El INEC calcula el ingreso familiar mensual en $ 700, lo que implica que se puede comprar un 98 % de una canasta que cuesta $ 709,22, según la entidad. Aun así, los clientes sienten que las lluvias y el daño de las carreteras pasan factura al bolsillo.

La comida tiene un gran peso en el índice nacional

Los alimentos tienen importancia en la canasta que el INEC toma para medir la inflación: constituyen el 32,03 % de los bienes de la canasta del IPC (Índice de Precios al Consumidor) y representan el 22,45 % de la ponderación del índice. “Esta división es muy sensible a los shocks externos (fenómenos climáticos, producción estacional, entre otros) y una variación de esta división genera perturbaciones en el índice general”, resalta el Instituto.

Productos como el maíz tienen relevancia directa en el valor de la carne de pollo y el cerdo, al igual que lo tiene la harina de pescado en el camarón. La baja cosecha por plagas del primero, en los próximos meses, podría incidir en las carnes.

Según el INEC, por tal motivo es importante realizar un análisis por separado de las categorías de alimentos. La variación mensual del IPC del grupo de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas en marzo de 2017 fue de 0,71 % (empujó en 0,33 % a los almuerzos populares). El mes anterior este valor se ubicó en 0,47 %. En marzo del 2016 fue 0,64 %.

La variación mensual de la inflación, excluida la división de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, alcanza un valor de -0,03 %. En marzo del año pasado fue de -0,01 %.

Las lluvias que han provocado inundaciones han golpeado por ese flanco. La papaya, que tuvo un incremento de precio del 4,25 % el mes pasado, es uno de los cultivos más afectados: por un día con exceso de agua se muere. Por ejemplo, la segunda división con mayor inflación fue la de hoteles y restaurantes, pero por debajo de la de alimentos: 0,20 % en marzo.

Fueron, en total, seis las categorías cuya inflación aumentó y seis las que bajaron. GLC